Expresión de miedo puede salvarnos la vida
El que dijo que los ojos son el reflejo del alma bien pudiera haber firmado el estudio publicado en el número de marzo de la revista Psychological Science, titulado Optical Origins of Opposing Facial Expression Actions.
Realizado por un equipo liderado por Adam Anderson, un neurocientífico de la Universidad de Cornell, el estudio devela por ejemplo qué motivos ancestrales pueden esconderse cuando, al asustarnos, nuestros ojos se dilatan con el miedo.
La reacción ocular sería el resultado de una de las más primitivas reacciones de adaptación a nuestro entorno, ya que los ojos dilatados amplían nuestro campo de percepción cuando estamos en peligro, lo que nos permite escapar de potenciales depredadores. El miedo que se expresa en nuestro rostro nos puede salvar la vida.
Según los autores del trabajo, este hallazgo refuerza una idea ya expresada por Charles Darwin en el siglo XIX, cuando señaló la importancia evolutiva de estos gestos oculares, más allá de tratarse de meras señales sociales.
Adam Anderson y sus colegas sugieren en su trabajo que las funciones de dilatación y contracción en el ojo podría ser el origen de nuestras capacidades expresivas, dando lugar a la función expresiva de toda la cara, con emociones que van desde la tristeza, a la ira y a la felicidad.
«Estas emociones provocan expresiones faciales que están muy separadas estructuralmente, una con los ojos bien abiertos y otra con los ojos apretados», escribe Anderson. «La razón de ello es permitir al ojo aprovechar las propiedades de la luz que le son más útiles en estas situaciones», desde el punto de vista de la propia supervivencia del individuo.
Tras su hallazgo, ahora el mismo equipo está estudiando cómo la contracción y la dilatación del ojo cuentan para las diversas formas de comunicación no verbal a través de las diferentes culturas.