Gobierno de Chinchilla no quiere nada con Nicaragua
Los poderes legislativo y ejecutivo de Costa Rica chocaron el viernes tras declaraciones del presidente del Congreso tico en Managua, el liberacionista Luis Fernando Mendoza, en torno a la necesidad de mantener un diálogo “permanente” entre los dos países.
El primero en reaccionar irritado fue el canciller Enrique Castillo, quien se apresuró a descalificar lo dicho por el diputado, tildando de paso la acción como “falta de disciplina estatal”.
Castillo ha dirigido junto a la presidenta Laura Chinchilla, una furibunda campaña en contra de Nicaragua, llevando su animadversión al extremo de tratar de imponer la forma de actuar frente al conflicto, al próximo mandatario.
Mendoza dijo a la prensa nicaragüense que su presencia en ese país era una “buena señal” para retomar el diálogo.
“Somos todos hermanos, no debemos pelearnos”, sostuvo Mendoza al participar en el Foro de Presidentes Legislativos de Centroamérica y el Caribe (Foprel).
Sin embargo, Castillo aclaró que la posición del legislador no representa la del Poder Ejecutivo.
El canciller calificó como “falta de disciplina estatal” que el presidente de un supremo poder intente aliviar las tensiones bilaterales.
“El pueblo nicaragüense es nuestro hermano, pero las condiciones para un diálogo con el Gobierno no se han dado. Necesitamos compromisos”, subrayó, citado por La Nación.
Menos severo fue el ministro de Comunicación, Carlos Roverssi.
“Sus declaraciones no afectan nuestra posición frente a Nicaragua. Siempre hemos estado dispuestos al diálogo”, dijo Roverssi sobre Mendoza, al reconocer que en los últimos meses el país vecino ha respetado las medidas cautelares impuestas por la CIJ, condición de Costa Rica para retomar pláticas.
Este no es el primer choque entre Mendoza y la Cancillería.
En julio pasado, el diputado verdiblanco expresó que el país apoyaba “en su totalidad” la política de China sobre Taiwán y el Tíbet, afirmación que la Cancillería también se apresuró a desmentir.