Pretensión hondureña en golfo de Fonseca afecta a Nicaragua
* Jurista internacional señala en El Salvador que nuestro país se vería obligado a ceder mar territorial para dar la salida al océano que demandan nuestros vecinos del norte
El fallo judicial de La Haya, que Honduras invoca para alegar su propiedad sobre isla Conejo, no es aplicable para el sector del golfo de Fonseca. En primer lugar, porque supone obligar a Nicaragua a ceder terreno marítimo para complacer la pretensión hondureña. La sentencia, sin embargo, no es vinculante a Nicaragua, que no fue tomada como parte procesal, señala el diario La Prensa Gráfica.
La resolución de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya (Holanda), de 1992, que dirimió la “controversia terrestre, insular y marítima” entre El Salvador y Honduras, además, revela que el territorio que tropas hondureñas ocupan –de facto– es salvadoreño. Y que Honduras aceptó esa situación.
Así lo expuso, a partir de la amplia sentencia, Mauricio Clará, un jurista internacional con experticia en temas limítrofes. “El Gobierno de El Salvador, en agosto de 1856, publicó en su periódico oficial Gaceta informes de las tierras referidas al inspector del departamento de San Miguel a ser inventariadas como vacantes, e incluían Meanguera, Zacate, Conejo y El Tigre. El 30 de diciembre de 1879, Gaceta anunció una “subasta de la tierra vacante” en las mismas islas, leyó Clará del documento.
“La sala (de La Haya) no ha visto registro de reacciones o protestas por Honduras a estas publicaciones. La sala cita que El Salvador planteó como propias las islas Zacate y Conejo. Honduras calló”, expresó Clará sobre la aceptación implícita que hizo el Gobierno hondureño ante una sede judicial. Honduras cambió de parecer una vez precluida la causa.
La insistencia hondureña se da pese a “numerosas publicaciones oficiales de su gobierno, obras de geografía e historia de distinguidos profesores hondureños, Carlos Aguilar, don Bernardo Galindo y Galindo de Valle”, en las cuales afirma que “la República de El Salvador ha detentado desde hace mucho tiempo” una serie de islas del golfo, incluida isla Conejo.
Fue justamente el fallo de La Haya el que esgrimió el viernes Mireya Agüero de Corrales, secretaria de Relaciones Exteriores hondureña, para reiterar su alegato de soberanía sobre isla Conejo. Honduras, aseveró, se siente “amenazada por el incremento del poder militar salvadoreño”.
Clará advierte que Honduras omite decisiones judiciales previas sobre un sector con un régimen jurídico especial, como el golfo de Fonseca. Un fallo de 1917 de la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ) de Cartago (Costa Rica), definió “por la costumbre” cuál fue la voluntad de cada uno de esos estados riberanos respecto de los territorios de la “bahía histórica”, comentó Clará.
El jurista reseñó que Honduras no fue parte de esa sentencia, porque se trataba de una disputa de El Salvador contra la intención de Nicaragua de establecer una base naval estadounidense (tratado Bryan-Chamorro). La CCJ se pronunció negativamente sobre esa base naval, al considerar que su instalación vulneraba la seguridad soberana salvadoreña.
Para definir los derechos que El Salvador tuvo respecto a la oposición, la CCJ tuvo que determinar el régimen jurídico al interior del golfo. Lo hizo basada en una “norma consuetudinaria (vigente) desde la fragmentación de la República Federal de Centroamérica”.
En ese punto, Honduras reclamó a la CCJ de Cartago que tomara en cuenta que cada una de las islas del golfo generaba mar territorial. “Ese reclamo de Honduras le impide salida al Pacífico porque el mar territorial (de las islas de Nicaragua y El Salvador) la bloquea”, señaló Mauricio Clará. “En esa sentencia está la costumbre de los tres estados que puso claro el derecho interno del golfo. Reprodujo lo que la historia había definido y eso debió haber hecho La Haya, pero metió cambios: le dio dominio a Honduras que no tenía”, opinó el jurista.
Fue hasta el fallo de la CIJ en 1992, uno que Clará describe como “inconsecuente, ilógico y absurdo”, que Honduras consiguió, según la resolución, el derecho a una salida hacia el océano Pacífico.
No obstante, la sentencia de 1992 no puede anular lo que dijo la resolución de 1917, de acuerdo con el experimentado abogado, más aún con la consideración de que Nicaragua no está obligada ni fue afectada por La Haya.
La vía de la provocación
“Todas esas son las complicaciones que sabe Honduras, por eso, como no ha encontrado un asidero (legal), es provocativa”, explicó Clará sobre la postura de la nación colindante, en la coyuntura actual por la isla Conejo.
“El problema grande que pudiese afectar a Nicaragua, de hecho, no de derecho, es la problemática del mar territorial en el Pacífico, que es la pretensión de Honduras”, dijo. Según el experto, el Gobierno de Honduras busca provocar un “incidente” con el Gobierno de El Salvador que pueda justificar la intervención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de su Consejo de Seguridad.
“Espero que el Gobierno de El Salvador, como lo ha venido observando desde la sentencia de 1992, no vaya a caer en la jugarreta, en la estratagema hondureña”, aconsejó el letrado. El abogado recordó la “extraordinaria superioridad militar” que ostenta Honduras respecto a la Fuerza Armada salvadoreña.
Aunque Honduras trate de “romper el impasse”, recordó las opciones que tiene El Salvador para usar sus argumentos legales: recurrir a la CCJ o, en última instancia, a La Haya.