El Salvador podría aplicar modelo nica de pacto gobierno-empresarios
El gobierno del presidente electo de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, no descarta aplicar un modelo económico similar al de Nicaragua, es decir, un pacto con los empresarios en el que estos últimos no meten las manos en política y se dedican a la producción con apoyo del Ejecutivo.
Al menos es lo que planteó Hato Hasbún, uno de los hombres de confianza del actual gobierno y de la nueva administración encabezada por Sánchez Cerén, empero, Jorge Daboub, presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), negó tajantemente tal posibilidad.
En El Salvador resulta atrayente el hecho de que Nicaragua es actualmente el segundo país con mayor crecimiento de la región, solo por debajo de Panamá, según la web La Página.
Algunos sectores al interior del FMLN, consideran que ese acuerdo podría convertirse en una alternativa para que El Salvador impulse su economía y mejore su desempeño económico, que actualmente apenas le alcanza para crecer por debajo del 2% del Producto Interno Bruto (PIB).
Para el final del 2014, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha calculado un crecimiento de la economía nicaragüense de entre un 4% y 5% del PIB, manteniendo la tendencia del último quinquenio. En 2010 ese país creció 3.6%; en 2011, 5.4%; 2012, 5.2% y en 2013, 4.6%.
Para el secretario de Diálogo Político y Social designado, Hato Hasbún, es posible que el próximo gobierno busque un acuerdo similar con el empresariado salvadoreño y con ello lograr el crecimiento económico que tanto necesita El Salvador.
“Claro que es posible. Hemos venido poniendo condiciones para que esto sea posible, pero yo siempre les he dicho que esto no está exento de conflictos e indiferencia. La cosa es ir buscando acuerdos y poner por encima los intereses del país, por encima de los intereses particulares”, dijo Hasbún
El funcionario insistió que deben analizarse cuáles son los obstáculos que impiden el crecimiento económico, ya que estos ”no pueden ser coyunturales, son estructurales, por lo que hay que ponernos claros y el primer acuerdo debe ser que nos pongamos de acuerdo en el diagnóstico”, insistió.
El próximo secretario técnico de la Presidencia, Roberto Lorenzana, afirmó que la nueva administración no pretende copiar ningún modelo económico, sin embargo, dejó abierta la posibilidad de analizar las «experiencias positivas» y buscar posibles adecuaciones al país.
“Nosotros en realidad no quisiéramos copiar un modelo. Yo creo que si hay alguna experiencia positiva en algún lado hay que verla, pero nuestro modelo debe ser el de los salvadoreños y no una réplica”, aclaró el también diputado efemelenista.
Empresarios se oponen enfáticamente
Jorge Daboub, presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), cerró de un portazo la posibilidad de que los empresarios salvadoreños acepten un acuerdo similar al realizado en Nicaragua, a pesar de los resultados que ha dejado en el vecino país.
“Muy difícilmente. Eso sería irresponsable con nuestros estatutos, con nuestras gremiales, con nuestros empresarios, con nuestros empleados y con nuestros compatriotas”, expresó el dirigente empresarial.
Además, aseguró que en El Salvador no se puede arriesgar el sistema de libertades a cambio de mejoras económicas y como sector continuarán incidiendo políticamente para el respeto de la libertad de expresión y otros valores democráticos de la sociedad salvadoreña.
“Sería demasiado irresponsable, porque preocuparse por el negocio de hoy y no preocuparse por el país del mañana es algo que nosotros no podemos hacer”, recalcó.
El líder empresarial recalcó que la gremial que dirige seguirá defendiendo “la democracia, la libertad nuestra y la de nuestros hijos”.
Tanto el gobierno como los empresarios afirmaron estar conscientes de que la única forma de que El Salvador salga adelante es con un crecimiento económico sostenible, que se deriva de una mayor inversión y mayor apertura de empleos de calidad, por lo que seguirán dialogando para buscar el mecanismo más adecuado para mejorar la economía salvadoreña.