Historia del narcotráfico en México

Rubén Aguilar Valenzuela

Hace unos meses apareció el libro escrito por Guillermo Valdez Castellanos, Historia del narcotráfico en México: Apuntes para entender al crimen organizado y la violencia (Editorial Aguilar, México, 2013). El autor fue cinco años director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) en el gobierno del presidente Felipe Calderón (2006-2012).

La primera parte del texto, la más extensa, da cuenta de la historia del narcotráfico en México y la segunda, la más breve, plantea la estrategia que siguió el gobierno de Calderón, para combatir al narcotráfico y los resultados positivos que, desde su visión, arrojó la misma.

En la historia, que se construye desde la lógica del analista crítico, se ofrece una versión muy completa de la evolución de las organizaciones dedicadas al narcotráfico desde la década de los años 20 del siglo pasado a la actualidad. Se trata de un trabajo valioso que a más de los hechos, ofrece un análisis de los distintos períodos del narcotráfico. En cada etapa se ve el contexto económico y político, la acción del gobierno de Estados Unidos, la implicación de las autoridades mexicanas y las características que adoptan las organizaciones criminales.

El autor dialoga también con los teóricos que a nivel mundial trabajan el tema de la violencia y el crimen organizado. Considero que esta parte del libro se va a convertir en un referente obligado, un texto de consulta, sobre la historia del narcotráfico en México. La segunda parte del texto está escrita desde la lógica del funcionario público y se propone: responder a las críticas de quienes no estuvieron de acuerdo con la “guerra” implementada por Calderón, para enfrentar al narcotráfico y dar cuenta de los supuestos buenos resultados que tuvo la aplicación de la misma.

El autor en el desarrollo de la misma ofrece la que pienso es la mejor, la más argumentada e inteligente, de las defensas de la estrategia del gobierno calderonista en la lucha contra el narcotráfico. Se presenta el diagnóstico que se hizo sobre la situación y las medidas que se tomaron, para hacer frente a la misma.

En su versión es lo que debía hacerse, pero a pesar del aumento de la violencia, que trata de explicar, y del evidente fracaso de la estrategia, en ningún momento hay referencias críticas a lo hecho por el gobierno. En la visión del funcionario público todo lo realizado en esta materia estuvo bien hecho. En la lectura no encuentro referencias a la violación de los derechos humanos y a los desaparecidos, situaciones registradas por los organismos internacionales, tampoco a la actuación de la Policía Federal, el Ejército y la Marina y ningún comentario a la desastrosa política de comunicación sobre el tema que tuvo al presidente como figura central.

Las dos partes del libro están escritas en lógicas distintas; la primera es la del analista y académico; la segunda, la propia del funcionario público que defiende lo que hizo el gobierno en el que participó. En esta parte del texto el autor no pudo o no quiso distanciarse, para asumir la mirada del analista.