Nicaragua reta a Estados Unidos
Fernando Escobar Giraldo
Univisión
Estados Unidos se prepara para la que podría ser una guerra comercial de enorme magnitud, jamás pensada, y de la que muy poco se está hablando. Y lo increíble, es que tiene como protagonista a uno de los países más pobres de nuestro hemisferio, Nicaragua.
La historia es la siguiente:
La expansión del Canal de Panamá, en la cual Estados Unidos tiene máximo interés e inversiones importantes, deberá estar terminada el próximo año 2015. El costo es de 5,500 millones de dólares.
Y gracias al entusiasmo que esta obra ha generado, se están haciendo inversiones por valor de 2,000 millones de dólares en el Puerto de Miami donde se prevé que se crearán hasta 30,000 nuevos empleos, cuando comiencen a recibirse los llamados nuevos Post-Panamax, barcos de carga que exigen aumentar la profundidad de la bahía de Miami en 15 metros.
Según el embajador panameño en Estados Unidos, Mario Jaramillo, la ampliación del canal panameño es el acontecimiento más importante que ha ocurrido en el sector marítimo en los últimos 100 años, ya que la construcción del tercer juego de esclusas empujará a los tres puertos más importantes de la costa Este de Estados Unidos.
Pero un gobernante poco amigo de Estados Unidos, Daniel Ortega, está avanzando en un plan que podría perjudicar en extremo la nueva infraestructura panameña y lo que gira a su alrededor. Se está aliando nada más ni nada menos que con los chinos para construir un nuevo canal, más moderno, más cerca al norte, una obra impresionante de 40,000 millones de dólares, partiendo en parte el suelo nicaragüense.
Algunos lo ven como una utopía, pero hay que creerles porque se ve que van en serio y más cerca en tiempo, de lo que imaginamos. Los nicaragüenses, aparentemente, tienen poco que perder y mucho que ganar. Y los chinos tienen el dinero y las ganas. Hace apenas unos días, empresarios y funcionarios de ambos países aprobaron la ruta del canal interoceánico, cuya construcción podría comenzar tan pronto como en diciembre de este año.
La ruta atravesaría el Lago Nicaragua, el mayor de Centroamérica con 8,624 kilómetros cuadrados (5,358 millas cuadradas) y la longitud planeada es de 278 kilómetros (172 millas), con entradas en el río Brito en la costa del Pacífico nicaragüense y cerca de la desembocadura del río Punta Gorda, en el Caribe. La construcción estaría a cargo de la firma china HKND, dirigida por el empresario Wang Jing. La empresa con sede en Hong Kong ya tiene oficinas en Managua.
La alianza chino nicaragüense fue aprobada por el parlamento nica en julio del 2012 con la ley 800 y el 13 de Junio del 2013 se firmaron los acuerdos que ceden al grupo chino Hong Kong Nicaragua Canal Development Investment Co. Limited (HKND Group), por un plazo de 50 años prorrogables, los derechos para planear, diseñar, construir, operar y administrar el canal.
Se espera que esté construido para el 2019 e inicie operaciones en el 2020. Tendría una profundidad de entre 27.6 y 30 metros (entre 88 y 98 pies) y un ancho de entre 230 y 520 kilómetros (entre 142 y 323 millas).
Las preguntas son muchas y obviamente las respuestas deberán darlas los expertos. ¿Hasta dónde perjudica este proyecto, indudablemente progresista, los intereses estadounidenses? ¿Cuánto tardará Estados Unidos para asimilar esa realidad? ¿Cuánto negocio perderá el Canal de Panamá? ¿De qué manera se preparan gigantescas empresas navieras para cambiar operaciones de un canal a otro? ¿Habría guerra comercial o más bien Panamá sería el gran abandonado y Estados Unidos se acomodaría?
China y Estados Unidos siempre se han mirado con recelo a nivel comercial, pero no se puede desconocer que las economías de estas dos potencias representan más del 33% del PIB mundial.
De lo que no cabe duda, es que los chinos, que han invadido con sus productos a Estados Unidos, están ahora metiendo sus narices en territorios que los estadounidenses han dominado siempre a su manera.