Nicaragua en congreso de pequeña pesquería
El pescador Iván Arriola y el biólogo Alejandro Cotto.
Entre el 21 y 25 de septiembre se realizó en Mérida, Yucatán, México, el Segundo Congreso Mundial de Pesquerías Artesanales, con la participación de Nicaragua por parte de Iván Arriola, pescador de la comunidad de Pie de Gigante, del municipio de Tola, Rivas, y el biólogo Alejandro Cotto.
Cotto hizo la presentación de la iniciativa del proyecto Darwin-Arcadia que la organización Fundenic y Fauna y Flora Internacional, están llevando a cabo en las costas de Rivas.
En este segundo congreso que llevó el lema de “Pesquerías ribereñas, opciones y oportunidades”, se dio el intercambio y vinculación de experiencias entre los participantes para conocer los problemas comunes, soluciones, opciones y oportunidades y lograr que las pesquerías sean sustentables.
El evento fue coordinado por la señora Ratana Chuenpagdee, de la Universidad Memorial de Canadá, y Silvia Salas, del Cinvestav de México.
El lunes 22 de septiembre, por la tarde, se llevó a cabo la sesión especial sobre pesquerías en pequeña escala donde se enfatizaron los temas de Gobernanza y estrategias de manejo, con la presentación de varios casos de estudio, entre ellos el caso de Nicaragua.
Las pesquerías artesanales son significativas a escala global, se considera que son importantes fuentes de ingresos, alimentos y oportunidades de desarrollo en las regiones costeras, especialmente en los países en desarrollo, además, representan un enorme abanico de formas de vida, tradiciones y culturas.
Debido a las particularidades y el elevado costo de excluir a otros de la cadena de explotación de los recursos pesqueros y el creciente aumento en el número de pescadores, la mayor demostración que el sector artesanal evidencia, es que sufre de los mismos problemas que el resto de recursos de uso común: la sobre explotación de los recursos de los cuales dependen los pescadores.
Lo anterior provoca que muchas pesquerías artesanales enfrenten la necesidad de impulsar estrategias de gestión eficaces para recuperar (natural o artificialmente) las poblaciones y los ecosistemas con el fin de mantener la pesca a largo plazo.
Tales estrategias pueden incluir la creación de reservas o áreas protegidas marinas y el uso controlado de los Dispositivos de Agregación de Peces (DAP), ambas estrategias se exploraron en el panel, en la que los pescadores, ONG y académicos compartieron experiencias y lecciones aprendidas a través de varios casos.
Iván Arriola, pescador de la comunidad de Pie de Gigante, del municipio de Tola, expresó en un panel de pescadores artesanales su perspectiva y punto de vista sobre la necesidad, no solamente de pescar de manera responsable, sino de cuidar el mar y sus recursos a través de la práctica responsable con el uso de equipos adecuados y extracción sostenible de los bancos de pesca aledaños a sus comunidades.
Manifestó también la necesidad de crear alianzas con la finalidad de establecer reglamentaciones y límites a las zonas de pesca más susceptibles de sufrir deterioro por sobreexplotación.
El biólogo Alejandro Cotto, que atiende directamente las comunidades pesqueras del municipio de Tola, explicó los principios de gobernanza sobre los que se van construyendo las bases para el manejo de lo que en el futuro será la primera área marina protegida del país, con la cual se verán beneficiadas no solo todas las comunidades aledañas a ella, sino que también los negocios instalados en las playas, hoteles y operadores turísticos que se mueven en la zona.
Iniciativas similares se presentaron por pescadores y organizaciones de apoyo de los vecinos países de Honduras, Costa Rica y México, dándose al final un interesante intercambio de experiencias donde la frase más utilizada fue: “Ese es el mismo problema que nosotros tenemos”.