Carretoneros al canal y caballos a salvo
En Nicaragua existen, de acuerdo a la Encuesta Urbana del 2001 de RELATA, unas 30,000 familias que se dedican al trabajo de recolección y acarreo con sus carretones jalados por caballos, fundamentalmente en Managua, Chinandega, León, Carazo, Rivas, Granada y Masaya.
Es de conocimiento popular el estado general deplorable y lamentable de estos caballos, fruto de estar trabajando con dueños en condiciones de pobreza extrema, ignorantes de los cuidados que conlleva tener un caballo, ignorantes del bienestar animal, y sin posibilidades económicas de mejorar los mismos en el corto o mediano plazo.
Si bien la Ley 747 plantea las obligaciones de los tenedores de animales de trabajo, económicamente es inviable para estas personas desparasitar, vitaminar, vacunar o alimentar en forma adecuada a sus caballos.
No obstante, tenemos una oportunidad de oro en este momento, en el marco del gran proyecto nacional del Canal de Nicaragua. En la publicidad gubernamental hablan de que las obras comenzarían antes de fin de año y que precisarían 60,000 trabajadores como mano de obra para la iniciación del mismo.
Nuestra propuesta es que de esos 60,000 trabajadores que van a contratar, incluyan en el paquete a 5,000 carretoneros contratados como obreros para los trabajos del Canal.
Solo 5,000 (claro que si pueden más, mejor), con las siguientes condiciones: a estas personas se les está ofreciendo un trabajo fijo y mejor remunerado que sus inciertas actividades actuales de acarreo, como mínimo, por siete años, lo que va a redundar en mejores condiciones de vida para sus familias, sin lugar a dudas.
Los carretoneros, de aceptar, deberían comprometerse a dos cosas: se les brindará la oportunidad del trabajo y el contrato contra la entrega del caballo y la destrucción del carretón.
La Policía Nacional o la Alcaldía deberían supervisar la destrucción de los carretones.
El Ejército Nacional se encargaría de llevar los caballos a algunas de las 72 reservas naturales del país, donde pasarían sus últimos días libres, en paz, comiendo tranquilos sin recibir golpe ni maltrato.
Fundación A.Mar.Te. se encargaría de que todos los caballos fueran castrados, porque tampoco interesa que estos se reproduzcan.
Con esto se estaría dando un golpe real, fuerte y contundente a la pobreza, reduciendo los carretones en una quinta parte, pudiendo hacerlos desaparecer de Chinandega (145 carretones), León (185 carretones), Rivas (165 carretones), Diriamba (195 carretones), Masaya (200 carretones), San Marcos (25 carretones), Ciudad Sandino (300 carretones), quedando aun como 3,000 para Managua.
Al hacer desaparecer carretón y caballo no hay forma de dar vuelta atrás, y además no traspasarían a otras personas caballo y carretón, eliminando el problema de raíz.
La propuesta está hecha, está en el aire, Fundación A.Mar.Te. está dispuesta a hablar con las Alcaldías, levantar los listados de interesados, castrar los caballos, supervisar los embarques e incluso ir hasta las reservas periódicamente a desparasitar y vigilar cómo están los caballos.
Al gobierno le toca el resto, los contratos y la logística con Alcaldías, la Policía y el Ejército.
¡Porque los animales nos importan!