China avanza sobre el “patio trasero”
laarena.com.ar
* “…si algo necesitaban los estudiosos de la historia para proponer el inicio de la decadencia de EE.UU., ello se manifestó (…) cuando una de las megacorporaciones chinas acordó con el presidente de Nicaragua el inicio de las obras del nuevo y moderno canal interoceánico, que pasará a través del país centroamericano”.
Los historiadores, en su afán por ordenar y dar sentido a una materia tan imprevisible como lo es la disciplina que trabajan, suelen elegir acontecimientos que a su criterio marcan el paso de una a otra época, ya sean las llamadas “edades históricas” o -más reducidos- algunos períodos dentro aquéllas; por ejemplo: la caída de Constantinopla, la Revolución Francesa, el estallido de las guerras mundiales o la llamada “revolución sexual”, entre otros.
En lo que respecta a los Estados Unidos de Norteamérica es mucho lo que se ha especulado en cuanto al comienzo de su decadencia como primera potencia mundial, condición que adquiriera después de la Primera Guerra. La caída de la Unión Soviética y gran parte del mundo socialista en los años noventa aventó esas ilusiones y la nación del norte aparentó estar tan fuerte como antes, o más.
Sin embargo, los a veces ocultos mecanismos de la historia y un extraño giro en la concepción ideológica iban proponiendo un rival inesperado: China, con su extraña pero efectiva mezcla de capitalismo y socialismo y su condición de formidable mercado productor y consumidor, a partir de los mil trescientos millones de habitantes que la pueblan. Es que en poco más de dos décadas la nación asiática igualó las proezas técnicas de Occidente, consolidó una economía firme y expansiva y, lo más espectacular, pasó a tener el mayor producto bruto interno del planeta, dejando atrás a los estadounidenses.
Pero si algo necesitaban los estudiosos de la historia para proponer el inicio de la decadencia de EE.UU., ello se manifestó plenamente durante la pasada semana, cuando una de las megacorporaciones chinas acordó con el presidente de Nicaragua el inicio de las obras del nuevo y moderno canal interoceánico, que pasará a través del país centroamericano.
El anuncio, más allá de la espectacularidad de la obra, impresiona porque esa importantísima herramienta estratégica quedará en manos de la potencia rival y porque ocurre en Centroamérica, hasta hace muy poco considerada despectivamente -con la excepción de Cuba- como “el patio trasero” de EE.UU. Además, y no es poca cosa, golpea la víscera más importante del gobierno estadounidense, la economía, y como era de esperar deja a un lado a las grandes firmas constructoras de aquel país.
Desde hace tiempo el canal de Panamá es considerado obsoleto para el trasporte marítimo moderno, pero sigue siendo la más importante vía de comunicación interoceánica. Pero lo que nadie esperaba es que la obra destinada a reemplazarlo, prácticamente un enclave estratégico ubicado a las puertas de los Estados Unidos, quedara en manos de los chinos. Para apreciar su importancia basta ver solamente el cálculo que tendrá la obra, una vez finalizada, en la incidencia del comercio mundial.
En el análisis histórico siempre son los hechos los que en última instancia dan las pautas para abrir juicio, y en este caso hay dos muy significativos: el impresionante avance de China en Latinoamérica y la resignación norteamericana ante un suceso que sugiere el comienzo del fin de la idea del “destino manifiesto”, que desde hace más de un siglo alentara el expansionismo norteamericano.