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¿Qué conduzcan sobrios o que bajen multas?

Un espectacular accidente ocurrido en Estelí.

Un espectacular accidente ocurrido en Estelí.

* Las sanciones son efectivamente desproporcionadas, sin embargo, no han sido suficiente disuasivo para que los chóferes entiendan que no deben ir por las vías a grandes velocidades ni bajo los efectos de bebidas alcohólicas

Un grupo de motociclistas y taxistas marchó en caravana el domingo hasta las oficinas de Tránsito Nacional en Managua, solicitando reducción de las multas por considerarlas excesivas. No hubo compromisos para manejar mejor en las vías.

Las motos han proliferado en la capital y con ellas la irresponsabilidad de sus conductores que parecen considerar que las leyes vehiculares no fueron hechas para ellos. Los taxistas tienen similar comportamiento en las vías, por lo que no deja de llamar la atención que sean ellos quienes reclamen reformas a la Ley de Tránsito.

La máxima pena corresponde a cinco mil córdobas por conducir en estado de ebriedad, una condición que produce centenares de muertos cada año, más que temidas enfermedades como el dengue y la malaria, que tienen carácter epidémico.

Los marchistas, uno de los cuales resultó herido de bala en un hecho que las autoridades investigan, denominaron “Caravana popular” a su movilización que se desplazó desde la rotonda Rubén Darío hasta las afueras de la Dirección de Tránsito de la Policía Nacional.

Los manifestantes alegaron que existen multas de hasta cinco mil córdobas (unos US$188), cuando el salario mínimo promedio en Nicaragua es de cuatro mil 261 córdobas (unos US$160.2).

Sin embargo, las multas efectivamente desproporcionadas, no parecen ser suficiente disuasivo para que los conductores entiendan el peligro de desplazarse a altas velocidades y bajo el efecto de bebidas embriagantes.

Los chóferes demandaron también eliminar el deposito vehicular, un lugar que alberga principalmente motocicletas y automóviles que se encuentran mal estacionados en la vía pública o circulan sin toda su documentación en regla, bajo el argumento que las autoridades cobran un servicio de grúa que no ofrecen y un costo diario por la permanencia de sus vehículos en el local.

“Hemos visto muchos casos en los que la policía multa de forma arbitraria con tal de reunir el dinero que quieren. Piden hasta el último documento para al final llevarse el vehículo (al depósito)”, denunció Carlos Kabistán, organizador de la manifestación contra la Ley de Tránsito y sus reformas.

Observó que la ley con sus reformas, que entró en vigor en abril pasado, no redujo las víctimas mortales por accidentes de tránsito, que sumaron 672 en 2014, 95 más que en 2013, pero sí aumentó los ingresos recaudados por la Policía Nacional.

En tanto, el segundo jefe de la Dirección General de Seguridad de Tránsito, comisionado Norman Castillo, dijo a los protestantes que si existe equivocación por parte de las autoridades policiales, la ley se puede mandar a modificar o anular.

“La Policía está obligada a escuchar a la ciudadanía (…). Los que estén multados y lo consideren injusto, que elaboren un documento donde expongan los casos, dónde han ocurrido y en qué situaciones se han dado.

“Es probable que esto esté pasando (los abusos policiales) pero la protesta que hacen es parte del control social de lo que las instituciones hacen. El controlador de la actividad policial es el mismo pueblo, la ciudadanía”, señaló Castillo.

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