¿Cómo evitar que manoseen a Rubén Darío?
Brenda Medina y Rebeca Piccardo
bmedina@elnuevoherald.com
El poeta nicaragüense Rubén Darío probablemente nunca se imaginó que en el Siglo XXI se convertiría en la manzana de la discordia entre los políticos de una pequeña ciudad del sur de Florida.
Pero todo parece indicar que durante esta campaña electoral en Sweetwater, ni el nombre del maestro del modernismo será sagrado.
En mayo, la municipalidad celebrará las primeras elecciones desde que el antiguo alcalde fuera arrestado en el 2013, y saliera a la luz una serie de escándalos de presunta corrupción administrativa y policial. Los votantes tendrán la oportunidad de decidir en las urnas quien mantendrá el control y dirigirá el rumbo que tome la atribulada ciudad, cuya Comisión ahora se encuentra dividida en dos bandos.
Y desde ya, las disputas empezaron a marcar una campaña que promete continuar con la racha de polémicas que ha enfrentado la municipalidad en el último año y medio.
Hasta ahora, dos de los tres puestos en la comisión que irán a las urnas están siendo disputados, y la fecha límite para calificar como candidato es el 26 de marzo.
Pero la ciudad ya ha sido inundada con enormes carteles de anuncios electorales y los encontronazos políticos se iniciaron desde finales del año pasado.
Recientemente, tres comisionados ratificaron un veto del alcalde José M. Díaz a una propuesta del presidente de la Comisión, Orlando López, de nombrar parte de un parque Rubén Darío Memorial. En la otra parte del parque la ciudad construye una plaza dedicada a los Hermanos al Rescate, en honor a los cuatro pilotos cubanos cuyo avión fuera derribado por la fuerza aérea de Cuba en 1996.
López, quien busca arrebatar la alcaldía a Díaz en mayo, dijo que con el plan buscaba honrar a la comunidad nicaragüense de Sweetwater. Pero Díaz, quien aspira a la reelección, calificó la propuesta como una “maniobra política” de López para ganar la simpatía de la comunidad nicaragüense.
Además, los carteles electorales ya han causado fricción entre los candidatos. Hace unos meses, el dueño de una gasolinera en la ciudad reclamó que el alcalde buscó intimidarlo con los policías y multas por negarse a quitar el cartel de López del frente de su negocio. Pero Díaz argumentó que el negociante estaba estacionando camiones ilegalmente frente a la gasolinera. Y más recientemente, López denunció que unos amigos le dijeron que vieron a alguien tumbar uno de sus carteles, que se encontraba al lado de uno de Díaz y alejarse en un vehículo.
“Aunque se haya tumbado por accidente, esa persona no debió salir corriendo como un cobarde”, dijo López, agregando que él nunca dijo que fue directamente el alcalde.
Díaz dice que él estaba levantando su propio cartel para protegerlo del viento.
“Si alguien dice que me vio ¿por qué es que esa persona no me tomó una foto en acción?”, reclamó el alcalde. “Esa es otra maniobra sucia”.
Deborah Centeno, la tercera candidata a la alcaldía, consideró que sus oponentes se enfrascan en discusiones sobre asuntos que ella considera de menor importancia, para evitar así encarar los problemas reales que enfrenta la municipalidad.
“Crean una cortina de humo para no hablar de las cosas que realmente aquejan a la Ciudad”, dijo Centeno, quien ha aspirado sin éxito a la Comisión municipal en dos ocasiones. “Y me parece una falta de respeto que metan tanto a Rubén Darío como a los Hermanos al Rescate en esto. Lo que buscan es dividir a la comunidad”.
En Sweetwater conviven cubanos y nicaragüenses, desde que inmigrantes del país centroamericano convirtieran la pequeña ciudad al oeste de Miami-Dade en su hogar durante los años 1980.
La participación electoral en la municipalidad no es alta. Apenas el 17 por ciento del total de 8,625 residentes registrados para votar en Sweetwater participó en los pasados comicios, de acuerdo con los resultados del Departamento Electoral del Condado Miami-Dade. De estos, más del 70 por ciento votó a través de boletas ausentes.
Centeno –cuyos fondos de campaña ascienden a apenas unos $6,000, comparados con unos $69,000 de Díaz y unos $89,000 de López– dijo que espera que haya más participación de los votantes en mayo.
“La única forma de que las cosas cambien es que la gente salga a votar, de lo contrario tendremos más de lo mismo”, dijo.
Centeno se refiere a la antigua unión política en Sweetwater, que algunos consideran permitió a Maroño gobernar sin mayor escrutinio de los comisionados, y que dio pie a las irregularidades que salieron a la luz tras su arresto.
Díaz, quien perteneció a la Comisión por 12 años antes de tomar las riendas de la ciudad, ha marcado una clara distancia con la administración de Maroño, cuya madre, Isolina Maroño, ocupa un puesto en la Comisión.
El alcalde ha contado mayormente con el apoyo de los comisionados José Bergouignan, Manuel Duasso y Prisca Barreto. Pero eso podría cambiar en mayo. Duasso y Barreto, quienes buscan reelegirse, son retados por Saúl Díaz y Elsa Thompson. Por su parte José Guerra, un comisionado cercano a la familia Maroño y quien hace campaña en el bloque de López, aspira sin oposición.
López, quien también ha sido comisionado por más de un término, ha evitado hablar públicamente sobre los presuntos malos manejos de la pasada administración y los sonados casos de aparente corrupción que se encuentran bajo investigación estatal y federal.
En una entrevista reciente, López dijo que busca reformar todos los departamentos municipales.
“El alcalde, la administración, debe de ser accesible”, dijo López. “Yo creo que soy el único candidato que puede traer el profesionalismo a la administración”.
Díaz opinó que los residentes esperan que estas elecciones ayuden a la ciudad a seguir adelante después de tantos escándalos.
“Estas elecciones son muy determinantes para el futuro de Sweetwater”, dijo Díaz. “Ahora mismo la ciudad está convulsionada. Los afectados son nuestros residentes”.