Retirar al Ejército

El zar antidrogas de Estados Unidos, Gil Kerlikowske, reconoció, días atrás, que en la lucha contra el narcotráfico la cooperación entre su gobierno y el de México “nunca ha sido mayor” y que se “ha logrado mucho progreso”.

Dijo que la cooperación alcanzará todavía mejores niveles cuando la lucha sea responsabilidad de los civiles y no del Ejército. Sostuvo que “la aplicación de la ley y la vigilancia policial necesitan realizarse con la policía, no con los militares”. Reconoció, quien fuera jefe de la policía en Seattle, que ésta “necesita ser profesional y fiable, y tener la confianza de los ciudadanos”. Aceptó, con todo, que por ahora resulta difícil para el gobierno replegar al Ejército.

El camino de México, según Kerlikowske, es el de trabajar en la mejora de la capacidad de los cuerpos de policía, para avanzar y acelerar el retiro del Ejército en la lucha contra el narcotráfico. Lo que propone el zar antidrogas no lo hace sólo a nombre propio sino que expresa claramente cuál es ahora la visión del gobierno de Estados Unidos: el Ejército mexicano debe volver a los cuarteles.

En diversos grupos y sectores sociales de nuestro vecino se empiezan a oír voces, es cada vez más frecuente, que piden que el gobierno de México retire a los militares del primer nivel del combate contra el narco. Se habla en el ámbito de organizaciones de la sociedad civil, pero también entre asistentes de algunos congresistas y senadores, de abusos y violación de los derechos humanos por parte del Ejército mexicano.

La decisión de mantener o no al Ejército en la calle es sólo del gobierno de México, pero no se puede ignorar cuál es la posición del gobierno de Estados Unidos y tampoco la de actores de la vida nacional que se expresan en la misma dirección. Esa petición es elemento central de la propuesta hecha por la UNAM, para reducir los índices de violencia en el combate al crimen organizado. El Ejército, que siempre ha obedecido al poder civil, debe preguntarse el por qué de la demanda de que vuelva a los cuarteles. ¿Cuál es su posición?

Rubén Aguilar Valenzuela