Nicaragua vista por una periodista canadiense y su familia
Una isla rodeada por un lago de agua dulce y hogar no de uno, sino de dos volcanes. Un Patrimonio de la Humanidad escondido en hermosas playas, con tesoros arqueológicos, mitos y leyendas antiguas, cascadas ocultas y una laguna enigmática.
Es la forma en que la periodista Amanda Blakey, de The Huffington Post, de Canadá, define a la nicaragüense isla de Ometepe.
Antes de venir, ya había escuchado “rumores” de amigos y colegas sobre ese rincón mágico y remoto llamado Nicaragua. Es, le decían, una delicia para los viajeros, un país que tiene un pueblo de playa relajado en el sur y una colorida ciudad colonial.
A Amanda y a su hijo de cuatro años les interesaron además los volcanes de Nicaragua, muchos de ellos activos, los numerosos pájaros y monos tropicales, entre otras bellezas naturales.
Después de unos meses muy intensos nuestra pequeña tribu estaba deseando una escapada, y un clima tropical sonaba como justo lo que para curar la tristeza del invierno, y lo más importante, renovar nuestros espíritus, despertar nuestra imaginación y aumentar nuestros sentidos embotados ligeramente. Se necesita un lugar especial para marcar estas dos últimas cajas, sobre todo en alguna parte que también puede atender a nuestras necesidades de viaje como los padres de dos pequeños pícaros – también a lo largo de la jornada.
El primer lugar que visitó tras llegar al Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino fue Granada, “ciudad vibrante en tonos calientes y húmedos a los pies del volcán Mombacho, que data de 1524. Tiene edificios de colores brillantes, clima tropical, calles empedradas…”.
Asegura que nunca podría haber imaginado lo acogedores que son los nicaragüenses para con familias como la suya. En casi todos los restaurantes de Granada habían sitios para los niños. “Había muchas familias, tanto locales como extranjeras y nuestros hijos hicieron amigos rápidamente varias veces al día”.
También tuvieron la oportunidad de pasar una tarde refrescante con salpicaduras al nadar en el cráter del volcán de Apoyo. Hicieron máscaras con arena negra, comieron mariscos frescos y combatieron el calor intenso flotando en sus aguas color turquesa. A 200 metros de profundidad, Apoyo es el punto más bajo en América Central.
A poca distancia de Granada, señala, está el Mercado Artesanal de Masaya, lleno de coloridas artesanías y toda clase de joyas, artículos de paja hechos a mano, tejidos, artículos tejidos, juguetes de madera y hamacas, el lugar perfecto para hacer todas sus compras de recuerdos. Hay que visitarlo en la mañana si es posible, antes de que llegue el calor del día.
Otra excursión fácil en Granada son las Isletas. Situadas a las afueras del centro de la ciudad en el lago Nicaragua, 365 islas salpican la costa. Fascinante para los padres y niños por igual, y una forma relajante de pasar una mañana en el agua.
San Juan del Sur es descrito como una ciudad de playa hippie caliente y húmeda, es juvenil y divertido con una vibrante vida nocturna y una gran cantidad de restaurantes de última moda, boutiques y bares.
Parte retiro de surf, parte mochileros, parte B & B contemporáneo, difícil de caracterizar, pero fácil de disfrutar. Pasamos nuestros días aquí visitando las playas escarpadas en los alrededores, aventurarse en la ciudad para el helado, ver puestas de sol épicas, disfrutando de cenas de familia alrededor de la mesa de comedor… en general es relajante.
Nicaragua está lleno de maravillas naturales, viéndolo a través de los ojos de nuestros hijos nos permitió disfrutar los pequeños matices y deleite en lo mundano. Sin duda volveremos de nuevo pronto, si nuestros chicos tienen algo que decir al respecto. Si usted está planeando una escapada de otoño o invierno, asegúrese de tomar nuestro consejo y ver Nicaragua, ahora que todavía está relativamente intacta, ¡no se arrepentirá!, aconseja la periodista.