Bosque de Tiscapa se recupera
Tiscapa se recupera, está viva y respira por el 80% de su bosque restaurado por el esfuerzo de los managuas que, pese a los errores cometidos hace décadas, no apartan sus ojos de esta laguna que fue volcán hace 10 mil años y que perdió su cono tras violenta explosión.
El fin de semana Tiscapa fue visitada por miembros del Ejército de Nicaragua, estudiantes del Instituto Loyola y ambientalistas. Todos iban unidos en una misma misión: limpiar las laderas de esta laguna llamada “Uticapa” por nuestros antepasados indígenas y que muchos consideran “embrujada”.
Y sí, hay cierto embrujo en su espejo de agua que pese a ser empañado por las aguas servidas que recibió durante un largo periodo, no perdió el encanto ni las leyendas que giran en torno a ella, como aquella de que calladita, con pequeños remolinos casi imperceptibles, atrae al bañista desprevenido hacia su profundo centro, donde generalmente no tiene escapatoria.
Hace muchos años se afirmaba que Uticapa cobraba tributo en vidas: uno o dos ahogados cada año. No se sabe por qué, pero la dichosa laguna retenía dos días los cadáveres. Eran en vano los esfuerzos de los buzos, el cuerpo salía a flote hasta que una fantástica serpiente extraía con la punta de su cola toda la sangre por la nariz del infortunado.
Pero también le atribuyen propiedades antipiréticas. La leyenda urbana sostiene que si alguien en estado febril se introduce en sus aguas, inmediatamente le baja la temperatura; sin embargo, hay otro pero… no aconsejan que se bañe en Tiscapa alguien convaleciente, porque se debilitará en extremo.
Los viejos tiscaperos, aquellos que se cruzaban Uticapa de un extremo a otro o que se atrevían a zambullirse en el “embudo” del centro, el que chupaba a la gente hacia el fondo, de seguro conocen más historias. Igual las lavanderas que llegaban todos los días hasta sus orillas. Lamentablemente ya quedan pocas.
Las nuevas generaciones de capitalinos ven a Tiscapa con otros ojos. La misión ahora no es cruzarla de lado a lado, sino terminar de salvarla. La limpieza de sus empinadas laderas y la reforestación es lo mejor que se puede hacer por este hermoso legado de la naturaleza.
Kamilo Lara, biólogo, se mostró satisfecho con la recuperación de la laguna: “Tenemos una alta satisfacción, porque podemos declarar que hay una restauración casi del 80% del bosque (…) ya podemos encontrar aves, reptiles, podemos encontrar en la laguna anfibios, que de una u otra manera es representativa de este tipo de ecosistema como área protegida”, puntualizó.
Según Lara, de los 5 centímetros de oxigenación que la laguna tenía 10 años atrás, se ha logrado avanzar hasta los 30 centímetros, lo que ha permitido a su vez recuperar la vitalidad de las especias acuáticas de la zona.
Esta es la segunda jornada de limpieza en Tiscapa desarrollada este año por el Ejército de Nicaragua junto a la sociedad civil.
“Los objetivos son contribuir a mantener esta laguna, a preservarla a mantenerla limpia (…) Nuestra institución, nuestros soldados, en la enseñanza militar se les dan esos conocimientos de que tenemos que ser amigos de la naturaleza”, expresó el coronel José Santiago Guillén, Jefe del Regimiento de Comandancia.