Acupuntura en Occidente
Alberto Barbieri | lavanguardia.com
* El éxito masivo llegó gracias a un reportero del New York Times, James Reston, que fue operado de apendicitis en China en 1971. Antes de la cirugía, los médicos le administraron analgésicos tales como la lidocaína y la benzocaína. Más tarde, para controlar el dolor post-operatorio, usaron una técnica que él no conocía y que consistía en la aplicación de pequeñas agujas en la piel. Según relató el periodista, funcionó.
La acupuntura es una práctica de la medicina tradicional china que ha alcanzado un alto grado de penetración en Occidente. Los jesuitas en el siglo XVII y, sucesivamente, el diplomático francés G. Suiler de Morant se encargaron de exportarla a Europa, aunque en una forma diferente de la que se practica hoy en día, codificada bajo Mao Zedong, que la introdujo en las universidades.
El éxito masivo llegó gracias a un reportero del New York Times, James Reston, que fue operado de apendicitis en China en 1971. Antes de la cirugía, los médicos le administraron analgésicos tales como la lidocaína y la benzocaína. Más tarde, para controlar el dolor post-operatorio, usaron una técnica que él no conocía y que consistía en la aplicación de pequeñas agujas en la piel. Según relató el periodista, funcionó.
La medicina tradicional china
La medicina tradicional está vinculada a algunos de los pilares más importantes de la filosofía china, en particular, el Qì (todo ser vivo se define por esta energía vital invisible), la doctrina del Yin y Yang (cada entidad es mutable y trae su origen de las energías opuestas en las que se diferencia el Qì) y de los Cinco Elementos (el universo se compone de cinco estados fundamentales que cambian entre sí según relaciones específicas).
Aplicando estos conceptos filosóficos a la cura del cuerpo humano, las enfermedades serían simplemente el resultado de un desequilibrio, una falta de armonía entre las energías gracias a las cuales, según la medicina tradicional china, existimos. Por supuesto, ninguno de estos preceptos es mínimamente aceptable por la ciencia médica moderna, nacida a mediados del siglo XIX con la teoría de los gérmenes y mucho antes de que llegara la ‘malvada Big Pharma’.
Una práctica en auge
Entre las diversas disciplinas pertenecientes a la ‘medicina alternativa’, la acupuntura es la que desde siempre goza de mayor credibilidad y su aceptación crece también entre los sectores de la medicina convencional. En España, según la Asociación Colegial de Médicos Acupuntores de Madrid, existen unos 1.200 médicos con titulación oficial de acupuntor y otros 1.500 con titulación de alguna universidad china.
El grupo de estudio de los National Institutes of Health, institución pública de Estados Unidos para la investigación médica, ha emitido la siguiente declaración con respecto a los riesgos asociados con la acupuntura: “los efectos secundarios adversos de la acupuntura son extremadamente bajos y sin duda inferiores a los tratamientos convencionales”. A pesar de esto, la terapia debe ser administrada por personal cualificado, utilizando agujas estériles para evitar cualquier riesgo de infección.
Una terapia contra el dolor
Principalmente el paciente acude a un acupuntor para contrarrestar algún tipo de dolor. De hecho, se recomienda para el tratamiento de dolores de cabeza, de cuello, de ciática, de dientes, artritis, reumatismos y dolor menstrual. Pero también para estimular la producción de leche y tratar la amenorrea, las alergias estacionales, el dolor de espalda y la fibromialgia, o para combatir la ansiedad, el estrés, los ataques de pánico, acúfenos, insomnio y la adicción al tabaco. Casi mejor que un vaso de leche antes de acostarse.
Según el profesor Carlos Lasvi, presidente de la Sociedad Española de Acupuntores Profesionales (SEAP), la acupuntura “sustituye a la medicina occidental porque quien acude al acupuntor es quien no encuentra solución en la medicina regulada”.
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