Fiebre amarilla, ¿de qué nos defendemos?
La fiebre amarilla, de la cual Nicaragua empezará a protegerse exigiendo certificado de vacunación, es un terrible mal también conocido como “fiebre hemorrágica tropical” contra el que una vez adquirido, no existe un tratamiento específico.
En atención a la alerta emitida recientemente por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) por países de América del Sur en donde el virus, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, está activo, el gobierno de Nicaragua informó el martes que tomará medidas para evitar que ingrese a nuestro territorio.
Los países en los que la OPS declaró alerta por fiebre amarilla son: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Panamá, Paraguay, Venezuela y la mayoría de los países africanos.
Por sus letales consecuencias en las personas contagiadas, la también conocida como “vómito negro” o “plaga americana” es temida por las autoridades sanitarias, ya que produce gran número de muertes.
La fiebre tiene tres etapas:
La primera es la de la infección, en la que son comunes el dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, fiebre, sofoco, inapetencia, vómito e ictericia. Después de aproximadamente 3 a 4 días, a menudo los síntomas desaparecen brevemente.
En la etapa dos la fiebre y otros síntomas desaparecen. La mayoría de las personas se recuperará en esta etapa, pero otras pueden empeorar en cuestión de 24 horas.
Los enfermos que pasan a la etapa tres son los que se las ven realmente con la muerte, ya que suelen presentarse problemas con muchos órganos, incluyendo el corazón, el hígado y el riñón. También se pueden presentar trastornos hemorrágicos, convulsiones, coma y delirio.
“Todos los viajeros que ingresen a Nicaragua procedentes de una zona respecto de la cual la OPS ha determinado que existe riesgo transmisión activa, deben de prestar certificado internacional de vacunación contra esa enfermedad”, informó la vicepresidenta, Rosario Murillo.
Hasta el momento Brasil es el país más afectado por fiebre amarilla, las autoridades sanitarias brasileñas se mantienen en alerta ante el brote que se ha cobrado 47 víctimas en Minas Gerais, en el sureste del país.
El Ministerio de Salud brasileño confirmó que el martes se detectaron 152 casos sospechosos en 26 municipios de áreas rurales del estado de Minas Gerais, el segundo más poblado del país y se prevé que podría extenderse a regiones próximas donde empiezan a detectarse casos con síntomas de la enfermedad.