Quince años de caminar hacia “La Sobriedad”

Xavier Castro Medal
(Colaboración)

Bajo un cielo azul y despejado de verano, y mientras observa el mar, Francisco López recuerda haber alzado sus brazos en señal de agradecimiento y preguntarle al Señor: ¿Cómo puedo retribuirte todo lo bueno que has hecho por mí?

De repente se calman las olas y escucha en lo más profundo de su corazón una voz que le susurra: “Camina, camina hacia La Finca La Sobriedad”. No tiene miedo. Es la voz de Dios.

Este año se cumplen quince años de que como un siervo obediente del señor, Francisco López encabeza una caminata de 21 kilómetros hacia la Finca “La Sobriedad”.

En dicha caminata participan trabajadores de su finca y jóvenes de HODERA (Hogar de Rehabilitación del Adicto) que se recuperan del flagelo del alcoholismo. También se suman pobladores de Nagarote, Mateare y La Paz Centro.

Cada caminata es una fiesta de gratitud para todos los que participan, pero también es un momento de compartir las bendiciones que el Señor ha regalado para aquellas personas que en un momento determinado de sus vidas fueron víctimas de los males de este mundo.

Pero no crean que la caminata es sencilla. El camino es arenoso, escarpado, accidentado, quebrado topográficamente. Hay que atravesar ríos y pequeños cerros antes de llegar a la meta. Es como cruzar el desierto de la vida donde el sol, el polvo y la arena no te dan tregua, poniendo a prueba tu fortaleza física y espiritual.

Desde la madrugada del Martes Santo, cuando apenas comienza a rayar el alba, decenas de personas se congregan en el balneario El Tránsito para iniciar la caminata al ruido de los cohetes que estruendosos marcan la salida.

Esta vez ya no estará el “Chele Gutiérrez” lanzando los cohetes. Se ha ido al Cielo para celebrar esta caminata desde palco con el Señor de Señores y seguir orando por todos sus participantes.

Todos marchan contentos, como hermanos, celebrando esa nueva oportunidad que da la vida. Para las tres primeras personas que lleguen a la finca habrá premios, pero el principal estímulo será seguir felices, caminando por la sobriedad y por la vida.