¿Centroamérica en la mira de Apofis?
* Matemáticos rusos precisan que Centroamérica, el Lejano Oriente de Rusia y los países de África Occidental, podrían ser colisionados en 2036 por el asteroide ‘apocalíptico’ Apofis, siempre que en su visita de 2029, la Tierra modifique la trayectoria de su campo gravitatorio.
Desde hace siglos, la humanidad lleva pronosticando su propio fin. Según las numerosas teorías, esto podría ocurrir por razones naturales, tecnológicas o tras la colisión con un cuerpo espacial. Descubre si alguna de ellas parece convincente.
La columnista de la edición rusa de Sputnik, Tatiana Pichúgina, ofrece una revisión de los alarmantes pronósticos que hacen preocuparse a sus adeptos.
A veces, los que creen en el próximo apocalipsis ni siquiera se limitan a una espera pesada, sino que tratan de tomar ciertas medidas para salvarse.
Así, fue en 2007 cuando un grupo de personas de la región rusa de Penza pasaron unos meses en un refugio subterráneo esperando el fin del mundo. Según su opinión, en mayo de 2008, la Tierra iba a chocar contra un cometa.
A su vez, a lo largo de la historia, algunos cristianos han advertido sobre un posible apocalipsis en el año 1000 o 2000. En 2012, hubo muchas especulaciones del denominado «fin del mundo maya» del 21 de diciembre. El calendario maya terminaba en esa fecha, lo que dio pie a la pesimista interpretación de que los mayas predijeron de esta forma el fin del mundo.
No obstante, además de suposiciones religiosas y místicas, existen teorías puramente astronómicas sobre los cuerpos celestes que presuntamente amenazan la Tierra.
A este respecto, los científicos calculan la trayectoria de los objetos potencialmente peligrosos, entre los cuales se destaca el asteroide ‘apocalíptico’ Apofis. En 2029 el objeto se acercará a la Tierra, y si el campo gravitatorio del planeta llega a modificar su trayectoria, en 2036 el asteroide ya volverá para golpear la Tierra.
Los matemáticos rusos precisan que en este caso el Lejano Oriente ruso, los países de América Central y de África Occidental correrán más riesgo.
Hablando de otras amenazas explicadas científicamente, cabe recordar el estudio del matemático austríaco Heinz von Foerster, publicado en 1960, en el que anunció que el fin del mundo tendría lugar el 13 de noviembre de 2026. Según su pronóstico, será entonces cuando la población humana alcanzaría el «infinito».
Por su parte, el astrofísico alemán Sebastian von Hoerner calculó en 1975 que será entre 2020 y 2050 cuando la humanidad ya será incapaz de alimentarse, mientras, las emisiones industriales calentarán la Tierra hasta un nivel crítico.
Más tarde, los científicos estadounidenses actualizaron la fórmula de von Hoerner y concluyeron que el apocalipsis no sucedería antes de los años 2300 o 2400.
Por muy peligrosos que parezcan algunos pronósticos, los científicos constatan que la humanidad es capaz de determinar su futuro. En 1972, el Club de Roma —una organización no gubernamental formada por científicos y políticos, preocupados por mejorar el futuro del mundo— elaboró un informe sobre el desarrollo de la civilización.
Los expertos analizaron una gran cantidad de factores y concluyeron que en el siglo XXI la humanidad sí que podría enfrentar un colapso. Sin embargo, este colapso no se consideró inminente. Es decir, si los humanos modificaban su comportamiento, política y desarrollo tecnológico, podían evitar la ruina.
Volviendo con el asteroide, lleva el terrible nombre de Apofis, que representaba en la mitología egipcia a las fuerzas maléficas que habitan el Duat y a las tinieblas. Apofis era la encarnación del caos así como de la insurrección armada.