Prueban en Francia con éxito fármacos contra coronavirus
La infección fue tratada con una combinación de medicamentos antipalúdicos, hidroxicloroquina y azitromicina, en el hospital de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario de Marsella, en Francia. Varios médicos, entre ellos, varios chinos, ya habían informado sobre la eficacia de estos fármacos contra el virus.
En el estudio, un pequeño número de pacientes con COVID-19 recibió hidroxicloroquina sola o en combinación con azitromicina, un antibiótico. Los autores informaron de que las concentraciones detectables de SARS-CoV-2 en sus muestras nasofaríngeas disminuyeron significativamente más rápido que en los pacientes con coronavirus de otros hospitales franceses que no habían recibido ninguno de los dos medicamentos.
En seis pacientes a los que también se les administró azitromicina, el efecto de dichos fármacos fue incluso más positivo.
Dieciséis personas formaron un grupo de control y recibieron tratamiento sintomático y antibióticos. Otras 20 personas tomaron hidroxicloroquina durante 10 días, seis de las cuales se trataron, además, con azitromicina. Las dosis eran de 200 mg tres veces al día durante 10 días de hidroxicloroquina más 500 mg el primer día y, luego, 250 mg por día durante cinco días más de azitromicina.
Al quinto día, los seis pacientes que fueron tratados con ambos medicamentos dieron negativo en el test de coronavirus. En cambio, quienes solo habían recibido un tratamiento a base de hidroxicloroquina se recuperaron cerca de un 50% ese mismo día. Casi el 19% del grupo de control se curó.
Una paciente que daba positivo tras ser tratada solo con hidroxicloroquina dio negativo inmediatamente después de tomar azitromicina el octavo día de tratamiento,
Los resultados del estudio llevado a cabo por Philippe Brouqui, Jean-Christophe Lagier, Matthieu Million, Philippe Parola, Didier Raoult y Marie Hocquart han sido publicados en la revista International Journal of Antimicrobial Agents.
Aunque el estudio es muy limitado, los investigadores califican sus resultados de «prometedores» y reconocen que se sentían obligados a compartirlos por «razones éticas», ya que el mundo está buscando urgente un tratamiento que frene la pandemia.