Muerte súbita ataca en la mañana
Las posibilidades de sufrir un ataque al corazón y morir por muerte súbita son mayores por la mañana y se vuelven a incrementar por la tarde.
Y un grupo de investigadores estadounidenses cree saber por qué.
Un estudio publicado en la revista científica Nature encontró que los niveles de proteína que controlan el ritmo cardíaco fluctúan a lo largo del día.
Y la investigación, hecha con ratones, podría explicar la relación entre la hora y el riesgo de muerte súbita por insuficiencia cardiaca, que mata a cientos de miles de personas al año en todo el mundo.
Reloj biológico
Los mecanismos internos del cuerpo siguen una rutina diaria conocida como ritmo circadiano, que mantiene al cuerpo sincronizado con el hábitat donde se encuentra.
El jet lag, por ejemplo, que se produce al cambiar de huso horario en un corto periodo de tiempo, es el resultado de una des-sincronización con el ambiente.
Y los cambios en los componentes químicos del cuerpo a lo largo del día, pueden afectar nuestra salud.
Para su estudio, los investigadores identificaron una proteína llamada factor kruppel-like 15 (Klf15), que es controlada por el reloj biológico, y que influye en los canales iónicos que controlan el ritmo cardiaco.
Y descubrieron que tanto ratones modificados genéticamente para producir abundantes cantidades de Klf15, como aquellos que no la producen del todo, tenían un gran riesgo de desarrollar alteraciones mortales en el ritmo cardíaco.
El profesor Darwin Jeyaraj, de la Universidad de Medicina Case Western Reserve, aseguró que el estudio «identifica un mecanismo intrínseco y desconocido de inestabilidad eléctrica en el corazón».
«Este mecanismo arroja información sobre una variación entre el día y la noche en la posibilidad de sufrir de trastornos del ritmo cardiaco, conocida por muchos años», agregó.
Las diferencias de funcionamiento entre el corazón humano y el de un ratón, sin embargo, son grandes, por lo que no se sabe si este mecanismo se da en personas comunes.
El investigador Mukesh Jain señaló que «estamos solo rascando en la superficie. Podría ser que, a medida que avance el estudio, la evaluación de la disrupción circadiana en pacientes con enfermedades cardiovasculares nos lleve a nuevas formas de diagnosis, prognosis y tratamiento».
Por su parte, el doctor Michael Hastings, del Laboratorio de Investigación Médica de Biología Molecular en el Reino Unido, le dijo a la BBC que la investigación era «un gran estudio, que refleja un hermoso mecanismo molecular que explica un fenómeno conocido durante mucho tiempo».
Hastings afirmó que para aplicar estos descubrimientos habría que «centrarse en las fases más vulnerables» del proceso y en factores como el papel de las drogas de presión sanguínea de liberación lenta, que se activan a primera hora de la mañana, cuando el riesgo es mayor.
«Pero cuando se piensa en ello, resulta terriblemente obvio, afirmó.