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“Dios mío, ayúdame a regresar a mi pueblo”

* Miles arriesgan su vida en el cruce entre México y Arizona, zona donde la Patrulla Fronteriza recuperó 193 cadáveres al año pasado

Tucson, Arizona.- «Soy de Guanajuato, estuve unos días aquí porque me perdí y ya no supe para donde ir… Lo que espero ahora es que me encuentre La Migra para que me pueda regresar a mi pueblo que tanto quiero. También quiero decir que si salgo de aquí es por un milagro de Dios, porque de otra forma, del desierto no se puede salir».

Eso parte de lo que refiere un manuscrito encontrado por la Patrulla Fronteriza en la ruta del desierto de Arizona, por donde suelen cruzar los migrantes en su arriesgada travesía al norte.

«Sólo espero en Dios que me pueda hacer ese milagro, de salir de este espantoso lugar; ayúdame Dios mío a salir pronto de aquí, porque allá afuera me espera angustiada y desesperadamente mi familia a la que tanto amo».

El mensaje está firmado por Martín Gutiérrez Agripino, y señala también que es originario de Silao, Guanajuato, con fecha de nacimiento del 30 de enero de 1993.

La desesperación que revela el manuscrito es la misma que viven los migrantes que deciden aventurarse bajo un sol abrasador y que muchas veces seca las ilusiones de quienes por falta de oportunidades salen de su país y encuentran la muerte en el desierto.

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Los números

En los últimos siete meses la Patrulla Fronteriza del sector de Tucson ha localizado 93 cadáveres en el desierto y ha logrado salvar la vida a 195 más.

En el año fiscal 2011 la cifra de cadáveres recuperados en esta desértica frontera fue de 193, la mayoría de ellos aún sin identificar y que se suman a los más de 1,500 cuerpos que hay en la morgue del condado de Pima y que están en calidad de desconocidos.

La Patrulla Fronteriza establece que el 71% de todos los cadáveres que se hallan en el desierto no son identificados, pero se cree que muchos de ellos son centroamericanos.

«Tenemos muchas víctimas salvadoreñas, porque el desierto es mortal, no es como lo plantean los coyotes», dijo el cónsul salvadoreño en Tucscon, José Joaquín Chacón.

Por ello el gobierno de El Salvador, a través del consulado, está trabajando en la elaboración de un banco genético para en coordinación con la sala de médicos forenses de Arizona tratar de identificar cuerpos.

Pruebas de ADN

En lo que va del año, dijo el cónsul salvadoreño, ya han podido identificar seis cadáveres gracias a las pruebas de ADN.
Para la cónsul de Guatemala en Phoenix, Julia Guzmán, la preocupación es el cruce de niños por esta zona.

«Hace unos días detectamos a 29 menores de edad, este es un asunto de alarma», comentó Guzmán. «Es la frontera por donde más están cruzando los indocumentados guatemaltecos».

Para la Patrulla Fronteriza, este sector de la frontera con México es también el más ocupado por los decomisos de droga.

«Esta frontera no sólo representa un peligro por el calor, que sube arriba de 45 grados Centígrados, sino también porque los coyotes los abandonan y por los narcotraficantes», comentó Manuel Padilla Jr., subjefe de la Patrulla Fronteriza en el sector de Tucson.

Para que un migrante pueda salvarse de cruzar el desierto, tiene que caminar unas 70 millas desde el cerco hasta la carretera más próxima, que es Ajo Way y llegar a Tuccon.

Cruce de alto riesgo

Ese tramo representa unos cuatro o cinco días de caminata, para lo cual deberá estar abastecido con al menos seis galones de agua si no quiere deshidratarse, apuntó Padilla.

«Los contrabandistas les dicen que es un recorrido corto, pero sólo les quitan el dinero y los abandonan, pero el dinero es lo de menos, porque en estas condiciones el migrante queda vulnerable a los peligros del desierto», mencionó.

Una de las principales zonas de cruce que actualmente están utilizando, tanto los coyotes como los narcos, son las 75 millas de frontera de la reserva indígena Tohono O’odham, que es un territorio independiente al que la Patrulla Fronteriza debe ingresar con permiso de los nativos.

«La nación de Tohono O’odham es una de las áreas más activas que tenemos a lo largo de la frontera de Arizona», indicó Padilla, «En esta zona hay mucho tráfico de drogas, que es otro peligro que enfrenta la gente que está cruzando, porque los conflictos entre grupos de narcotráfico representa un peligro y seguido los utilizan para llevar droga como una forma de pago por el cruce».

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