Cinco lugares más raros del mundo donde hay internet
Una de las mayores preocupaciones de los usuarios de teléfonos móviles inteligentes, sobre todo cuando viajan al extranjero, es conocer aquellos lugares que poseen puntos de conexión inalámbrica con los que poder acceder a internet sin tener que hacer frente a las caras tarifas de este servicio.
Si hace unos meses os presentamos el país con redes wifi gratuitas en sus bosques y gasolineras, hoy descubrimos a través de una entrada del blog de “Fon” los cinco lugares más extraños en los que puedes encontrar una de estas conexiones inalámbricas:
1.-El cementerio Oak Grove de Paducah: Esta localidad de Kentucky, que apenas sobrepasa los 25.000 habitantes, posee el que probablemente sea el único cementerio del mundo que ofrece una conexión wifi. Según los responsables del mismo, este servicio está pensado para ayudar a los visitantes con sus investigaciones genealógicas. Al parecer, en el cementerio reposan los restos de personalidades del mundo de la medicina y el acceso a internet permite localizarlos y buscar más información sobre ellos.
2.-El Everest: Aunque parezca increíble, una empresa de telefonía sueca ha instalado algunos puntos de acceso a internet wifi a lo largo de la montaña más alta de la Tierra. En concreto, el más alto se encuentra a unos 5.200 metros de altitud.
3.-El Polo Norte: Desde 2005 el punto más al septentrional del planeta cuenta con su propia red inalámbrica. Fue instalada en el campamento glacial de Barneo, situado a unos 80 kilómetros aproximadamente del Polo Norte, por dos empleados de Intel procedentes de Moscú.
4.-Conexión en el desierto: Una compañía de Colorado ideó hace unos años un concepto de redes wifi que funcionan gracias a la luz solar. Este tipo de conexión, que ya ha sido probada en la ciudad estadounidense de Boulder, podría permitir a arqueólogos, equipos de salvamento y militares usar internet para misiones especiales en estos entornos tan complicados.
5.-Wifi espacial: Las redes wifi no solo están disponibles en la Tierra, sino, también en el mar y en el aire. Algunas compañías navieras y de aviación permiten a sus pasajeros conectarse a internet a través de sus redes inalámbricas, generalmente a precios desorbitados. Dentro de unos años, los primeros turistas que viajen a la estratosfera con la compañía Virgin Galactic, podrán sumar a la experiencia de la gravedad cero, la de navegar por internet desde sus naves espaciales. El precio de esta conexión, al parecer, irá incluido en los 200.000 dólares que costará cada billete. No es para menos.