Hambre amenaza a Nicaragua
53 millones de latinoamericanos desnutridos, más que una cifra es una inmoralidad.
Mientras los políticos se disputan el control del país, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), alertó sobre la hambruna que se incrementará este año en Nicaragua y otras naciones de América Latina y el Caribe.
Gran número de nicaragüenses forman parte de los 53 millones de desnutridos de América Latina, que es el mismo del periodo 1990-1992, señala el organismo de la ONU.
La FAO reconoce que aunque hay signos de recuperación en las economías, no sucede así con los índices sociales. El mínimo de desnutridos a mediados de la década del 2000, alcanzaba los 45 millones de personas, precisa.
“El hambre es una tragedia silenciosa, porque los números esconden la realidad; 53 millones de hambrientos equivale a la población total de Chile, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Paraguay”, indica, y pese a que los números son fríos al leerlos, el efecto en la salud y la dignidad de las personas es devastador.
“Además, se ha sumado el impacto de eventos naturales catastróficos, como la aguda sequía que en 2009 afectó a Centroamérica y Sudamérica; las inundaciones en México, los terremotos de Haití y Chile. En el corredor seco de Honduras, Guatemala y Nicaragua, en marzo anterior se perdió el 50 por ciento de las cosechas de granos básicos, afectando el consumo interno”, cita el documento “Situación Alimentaria de América Latina y el Caribe”.
También influyen en el incremento del hambre en las naciones de Latinoamérica y el Caribe, la inflación, desempleo y la disminución de las remesas familiares.
De manera “paradójica los países más vulnerables y con mayores demandas sociales, son precisamente los que tienen menor disponibilidad financiera para el gasto social”, señala la FAO.
Precisamente, la seguridad alimentaria y nutricional es uno de los temas de la agenda de la XXXI Conferencia Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, prevista para realizarse del 26 al 30 de abril, en Panamá, refiere el organismo.
A la vez, explica que los impactos de la crisis alimentaria no son iguales en todos los países, donde los más afectados son los que dependen de la importación de alimentos y energía.