Rss Feed Tweeter button Facebook button Youtube button
|

Muertos reciclados ilegalmente

* Tratamientos de belleza e implantes dentales son algunos usos que le dan a tejidos y huesos humanos.

El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) se embarcó en una averiguación, de ocho meses y realizada en 11 países, que reveló cómo se roban restos de cadáveres para elaborar productos medicinales y dentales, entre otros, que son aplicados diariamente a gente de todo el mundo.

La obtención, tratamiento y transformación de estos elementos forman parte de un negocio multimillonario que generó una polémica a nivel internacional.

El escándalo se desató cuando se descubrió un cargamento de restos de ucranianos con una serie de documentos que sugerían que eran enviados a una fábrica en Alemania que pertenecía a la subsidiaria de una compañía norteamericana de productos médicos con sede en Florida: RTI Biologics.

Además, el servicio de seguridad de ese país cree que los cuerpos que pasan por una morgue en el distrito Nikolaev, una dura región de astilleros navales ubicada cerca del Mar Negro, pueden haber estado alimentando el tráfico y dejando detrás de sí lo que los investigadores describieron como potencialmente decenas de “muñecos humanos destripados”, es decir, cuerpos vaciados de todas sus partes reutilizables.

No obstante, representantes de la industria argumentan que tales supuestos abusos son raros y que esta opera en forma segura y responsable.

La recopilación de ese trabajo investigativo fue publicada en Argentina por ‘El Puercoespín’ y reproducida por la versión digital del periódico ‘La Nación’, que asegura que se trata de un mercado multimillonario con un marco legal poco definido, pues en la mayoría de los países no tienen un mecanismo preciso para rastrear el origen y destino de los tejidos reciclados.

Bajo circunstancias normales, el tejido debería ser donado libremente por el difunto, a través de registros de donación, o por sus familiares. No obstante, hay casos en los que este es robado.

Por ejemplo, luego de que su hijo Sergei Malish, de 19 años, se suicidó, los padres, además de sobrellevar el duelo, tuvieron que lidiar con el descubrimiento de que partes faltantes del cuerpo del joven habían sido recicladas.

Otro caso fue el de Oleksandr Frolov, de 35 años, que murió por un ataque de epilepsia. Camino al cementerio, relata su madre, se dieron cuenta de que uno de sus pies parecía estar suelto.

La lista de partes del cuerpo de su hijo que habían sido robadas parecía interminable: «dos costillas, dos talones de Aquiles, dos codos, dos tímpanos, dos dientes, y así siguiendo. No pude leerlo hasta el final, porque me descompuse. No pude leerlo», dijo la mujer a ICIJ.

«Escuché que [los tejidos] eran embarcados a Alemania para ser utilizados en cirugías plásticas y también para donación. No tengo nada contra la donación, pero debería ser realizada de acuerdo con la ley».

Al respecto, el 73 por ciento de las familias que participaron en el estudio dijeron que no era “aceptable que el tejido donado fuera comprado y vendido, sin importar el propósito”.

Pero no solo las familias de los recién fallecidos a quienes les son robados los tejidos pueden ser víctimas del proceso sino también los pacientes que los reciben, ya que en muchas ocasiones desconocen que se les están implantando tejidos humanos, pues sus médicos no los informan al respecto.
Las ganancias multimillonarias

Según la investigación, «sólo en los Estados Unidos, el mayor proveedor y el mayor mercado, se estima que se venden cada año dos millones de productos derivados de tejido humano».

«Un solo cuerpo libre de enfermedades puede girar retornos de 80.000 a 200.000 dólares a los varios intervinientes -sin y con fines de lucro- implicados en extraer los tejidos y utilizarlos para manufacturar productos médicos y dentales», detalla el informe.

Por ejemplo, los recolectores de cuerpos en el terreno, en los Estados Unidos, pueden obtener hasta 10.000 dólares por cada cadáver que se aseguran gracias a sus contactos en hospitales, casas mortuorias y morgues.
Los beneficios de los tejidos humanos

Según explica a la ICIJ Ron Israeli, un cirujano plástico de Nueva York, «el uso de tejido humano ha revolucionado realmente lo que podemos hacer en cirugía de reconstrucción de pecho».

Además, permite ver a los ciegos, mediante trasplantes de córneas, y les da una nueva oportunidad de caminar a discapacitados motrices, gracias al reciclaje de tendones y ligamentos que son utilizados en la reparación de rodillas.

Tendones enteros, limpiados a cepillo y convertidos en seguros para el trasplante, son utilizados para devolver a atletas lesionados al campo de juego.

Los tejidos también pueden proteger a víctimas de quemaduras de infecciones bacterianas mortales o, luego de ser refinados, sirven para hacer reconstrucciones de pecho después de un cáncer.

Con estos también se puede aumentar el volumen de los labios y fabricar prótesis dentales y ortopédicas.

Los huesos también pueden ser molidos y mezclados con químicos «para componer pegamentos fuertes que se promueven como mejores que los artificiales».
El problema: negocio regulado de forma ligera

«La naturaleza internacional de la industria, afirman los críticos, hace fácil mover productos de un lugar a otro sin demasiado escrutinio», explica la investigación de la ICIJ.

«Los eslovacos exportan partes de cadáveres a los alemanes; los alemanes a Corea del Sur y los Estados Unidos; los coreanos del sur a México; los Estados Unidos, a más de 30 países», indican los investigadores.

Y detallan que pueden encontrarse distribuidores de productos manufacturados en la Unión Europea, China, Canadá, Tailiandia, India, África del Sur, Brasil, Australia y Nueva Zelandia, muchos de ellos subsidiarios de corporaciones médicas multinacionales.

Pero el mayor riesgo consiste en que la falta de regulación puede permitir que los receptores de los trasplantes resulten infectados con hepatitis o VIH, entre otros patógenos.

Desde el 2002, la U.S. Food and Drug Administration (FDA, Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos) ha documentado al menos 1.352 infecciones en los Estados Unidos posteriores a trasplantes de tejido humano.

Por su parte, la American Association of Tissue Banks (Asociación Americana de Bancos de Tejidos) sostiene que las posibilidades de contaminación en pacientes son bajas.

Esta industria tiene un carácter dual: por un lado se muestra como una labor noble, por la cantidad de beneficios médicos que tienen estos tejidos, pero por el otro parece regida únicamente por un interés económico desmedido. En todo caso, a lo que apunta esta investigación es a que necesita un mayor control.

Tomado de diario ADN.com. Con información de El Puercoespín y La Nación

Archives

Recently Commented