“Homosexuales pedófilos son los curas”
Esta imagen de pederastia corresponde al siglo V antes de Cristo.La ola de protestas de gay y lesbianas en el mundo por las declaraciones del cardenal Tarcisio Bertone, “el segundo del Papa”, quien dijo en Chile que la pedofilia estaba ligada a la homosexualidad, obligó al Vaticano a aclarar que se refería sólo a los sacerdotes.
El padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, dijo este miércoles que las estadísticas en poder de la Iglesia precisan que dos tercios de los casos de pedofilia, que involucran a sacerdotes, fueron de naturaleza homosexual.
Bertone había afirmado que muchos especialistas ligaban los abusos a menores a la homosexualidad, y no al celibato que practican los curas de la Iglesia Católica.
Ahora el vocero dice en un comunicado que “no considera de su competencia” hacer afirmaciones generales de “carácter específicamente psicológico o médico” sobre las inclinaciones sexuales de las personas que no pertenecen a la Iglesia.
Y como si fuera mucha la diferencia, Lombardi “aclaró” que de los casos de abusos estudiados en los últimos años, sólo en un 10% se trató de pedofilia en sentido estricto. El 90% restante se trató de efebofilia, es decir, abusos de jóvenes menores de edad.
A fin de menguar el escándalo por los abusos contra menores que se le vino encima, la Iglesia Católica ha acuñado en las últimas semanas el término “efebofilia”, en vez del más crudo pederastia, que define el abuso cometido con niños varones, o sea, sodomía.
El otro que sí se atreven a mencionar es la pedofilia, más amplio y que plantea la atracción sexual hacia niños y adolescentes, sin precisar sexo. La efebofilia era muy practicada en Grecia y tenía que ver con el arte militar y el amor que los efebos –jóvenes de entre los 13 y 17 años- despertaban entre sus tutores.
En Grecia para algunas familias llegó a constituir una desgracia el hecho de que sus púberes hijos no fueran adoptados por alguno de los señores de la guerra, la política o la filosofía, a sabiendas de que serían convertidos en sus amantes. Era el precio de la enseñanza que algunos parece quieren reivindicar hoy.