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“Leer” los pañales del bebé

pañalesNo se trata de una nueva ciencia que trate de suplantar a la cartomancia o la quiromancia, aunque al igual que las anteriores artes tenidas por esotéricas, la que proponen los autores de un nuevo libro tiene también que ver con la “lectura”.

Se trata de “leer” los pañales de los hijos, algo que conocemos hacían antes muchas madres de Nicaragua que sabían, por ejemplo, que algo andaba mal con sus retoños cuando el “popó” era verde, líquido y pestífero.

“Las señales y decisiones más importantes relacionadas con la crianza involucran a las deposiciones de los bebés”, afirman Josh Richman y Anish Sheth en la introducción de su recién lanzado libro “What’s your baby poo telling you?” (“¿Qué es lo que la caca de tu bebé te está diciendo?”), donde animan a los padres no sólo a observarlas, sino que a olerlas e incluso tocarlas para asegurarse de su idoneidad.

“No recomendamos un manejo rutinario de las deposiciones, pero aplaudimos los esfuerzos de los padres para entender a sus pequeñas alegrías echando una mirada a lo que está en el pañal”, dicen.

Pero, antes que todo, advierten que su libro si bien busca ayudar a los padres a entender mejor a sus hijos, no busca reemplazar a un pediatra y aclaran que si un niño está enfermo se debe buscar ayuda profesional.

Esta no es la primera aproximación de Richman y Sheth con el tema de las deposiciones, ya que antes habían escrito “What’s your poo telling you?” (“¿Qué es lo que tu caca te está diciendo?”), libro en el que desmitifican el funcionamiento interno del tracto digestivo y enseñan a controlar la salud mediante la observación de las heces.

Y aunque ambos textos están escritos en un tono humorístico y muy didáctico, lo cierto es que según Manny Alvarez, editor de los temas de salud de Fox News, están repletos de valiosa información. De hecho, en abril pasado, Alvarez consideró el último como un libro “simplemente genial para los nuevos padres”, ya que a su juicio no sólo sirve para que determinen si sus bebés sufren de problemas médicos, sino que también como una guía para seguir la evolución de su madurez nutricional.

“What’s your baby poo telling you?” está dividido en ocho capítulos, que comienzan con las deposiciones del bebé cuando aún está en el vientre materno y terminan con el entrenamiento para dejar los pañales. Algunos temas, que los autores denominan doodie disasters, tienen una marca especial ya que se trata de situaciones que requieren especial atención, además de calma y ayuda de otros para solucionarlas.

Una de ellas es la deposición que Richman y Sheth -este último gastroenterólogo de profesión- bautizaron como “Poonami” y que describen como “una eliminación torrencial de heces líquidas que no pueden ser contenidas por el pañal y explotan por la espalda del bebé”.

Según explican, se trata de un fenómeno típico de los primeros meses de vida, cuando las deposiciones de los bebés son sueltas y expulsadas a altas presiones junto con los gases.

“Los Poonamis son un problema”, aseguran, y aconsejan que en caso de tener que enfrentarse a uno de ellos, lo mejor es no intentar cambiar el pañal y dirigirse lo más rápidamente posible a la fuente de agua más próxima.

Otras deposiciones a destacar

Además del “Poonami”, Richman y Sheth hablan de otros 15 tipos de deposiciones que -a su juicio- los padres deben conocer. Algunas a destacar son:

- Diarrea: “No es divertida”, advierten los autores, y agregan que la mayoría de las veces son producidas por una infección viral, como el rotavirus o el norovirus. Por esta razón recomiendan a los padres tomar las precauciones necesarias para evitar que ellos se contagien, además de -por supuesto- prevenir la deshidratación del niño.

- Deposiciones de la dentición: aunque la aparición del primer “choclito” siempre es motivo de alegría para los nuevos padres, no siempre es tan agradable como se puede pensar. Esto porque, como Richman y Sheth explican, generalmente está antecedida por varios días de malestares, problemas para dormir, babeo extremo, pocas ganas de comer y, además, diarrea que puede estar acompañada de un poco de fiebre. “Reconocer que esta diarrea de corta duración está asociada con el primer diente de tu bebé, evitará preocupaciones innecesarias. La diarrea usualmente se resuelve en cuanto la hermosa cabeza del primer diente comienza a aparecer”, sostienen.

- “Poocasso”: o cuando la curiosidad y creatividad van demasiado lejos. Según los autores, no es una situación poco común que los padres entren a la habitación de su hijo y lo encuentren desnudo jugando con sus deposiciones. “No te preocupes. Es perfectamente normal para los niños alrededor de los dos años, empezar a notar sus heces y jugar con ellas”, dicen, y dan algunas recomendaciones para los “reincidentes” como reforzar el cierre del pañal con una cinta adhesiva o ponerle el pijama al revés, de manera que el cierre quede en su espalda.

- Comezón del séptimo mes: Richman y Sheth señalan que se trata de un fenómeno en el cual el niño se rasca en forma constante su trasero, sobre todo durante las noches. Y aunque los padres pueden pensar que simplemente se trata de una mala costumbre, los autores advierten que es el típico síntoma de la presencia de parásitos intestinales, muy común en el mundo industrializado y que suele contagiarse entre los niños que asisten a las guarderías.

- “Déjà poo”: este tipo de deposición ocurre cuando el bebé ingiere alimentos altos en fibras insolubles -como las arvejas, el choclo o la cáscara de los tomates- que no son digeridas por el sistema digestivo humano y, por lo tanto, aparecen en las deposiciones tal cual entraron por la boca. “El déjà poo ocurre tanto en los adultos como en los niños y no significa que haya algo malo con la digestión. Puedes (y debes) continuar alimentando a tu hijo con esos alimentos altos en fibra. Sólo pone atención a las secuelas…”, dicen.

- Deposiciones monstruosas: corresponden a aquellas que tienen un tamaño que resulta impensable para un niño pequeño, y que se deben a una dieta muy rica en fibra y agua. A juicio de los autores, son el resultado de un tracto intestinal eficiente, a diferencia del de los adultos acostumbrados a tomar muchos medicamentos, y a tener una dieta pobre en frutas y verduras.

  • ana

    nuestros abuelos siempre sabían a través de esta practica que algo andaba mal por el pupu de los hijos, para darte un buen purgante que quedabas como nuevo.

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