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Cabras que producirán tela de araña

En una granja en el estado de Utah, en Estados Unidos, un grupo de cabras está siendo ordeñado. No parecen diferentes de otras de su especie, pero se trata de animales extraordinarios. Estas cabras son, en parte, arañas.
La granja pertenece a la Universidad Estatal de Utah y es allí donde el profesor de genética Randy Lewis y sus colegas han logrado algo que parece ciencia ficción: cabras que producen en su leche seda de arañas, un material de alto valor comercial por su gran fortaleza y elasticidad.
La seda producida por las arañas está hecha de proteína. «Lo que hicimos fue tomar de las arañas el gen de la producción de seda y ponerlo en un segmento de ADN que copia exactamente las mismas secuencias de control de ADN en la cabra, de forma que la proteína en el gen que extrajimos sólo será elaborada en la ubre cuando la cabra produce leche», explicó a BBC Mundo Lewis, cuyo trabajo fue tema central esta semana en la serie de documentales Horizon, de la BBC.
Cuando se obtiene la leche, es preciso separar y filtrar por un lado los glóbulos de grasa y por otro la proteína. «Luego la concentramos, la precipitamos con una solución de sal y obtenemos proteína relativamente pura de seda de arañas, que puede hilarse».
Las «cabras araña», como se ha llamado a los animales, son ejemplo de un nuevo y polémico campo conocido como biología sintética, un término amplio en el que se incluyen diversas formas de manipulación de ADN y fundamentalmente la introducción de nuevo material genético en un organismo.
Más fuerte que un chaleco antibalas
¿Por qué introducir material genético de arañas en cabras?
«Hemos venido estudiando la seda de las arañas durante más de 20 años, pero el problema es que las arañas no pueden colocarse en granjas. Son animales caníbales, se comen unas a otras y son muy territoriales y además elaboran tipos diferentes de sedas», explicó Lewis a BBC Mundo.
En un comienzo los expertos de Utah intentaron introducir el gen de las arañas en bacterias, lo que funcionó bien en el laboratorio pero no es una opción ideal «si se busca producir kilos de seda en lugar de gramos».
Los experimentos en Utah comenzaron en colaboración con una compañía canadiense, pero son actualmente un proyecto exclusivo de la universidad, aunque varias empresas han mostrado interés en el material.
La seda de arañas es entre tres y cuatro veces más fuerte que el Kevlar, el material utilizado en chalecos antibalas, y es más elástica que el nylon.
«Además, como hay diferentes tipos de seda, podemos elegir qué propiedades queremos. Algunas tienen gran elasticidad, otras menos, algunas son más fuertes que otras, así que tenemos una gama de diferentes materiales que podemos generar».
Lewis y su equipo esperan iniciar en un año las primeras pruebas, en animales, de potenciales aplicaciones médicas para la seda. «Por ejemplo, para reemplazar o reparar tendones y ligamentos o regenerar tejido óseo o para suturas. Algunos estudios sugieren que al introducirse en el cuerpo no causarían inflamación».
El material también podría utilizarse para la elaboración de bolsas de aire para vehículos, equipo deportivo y cuerdas de paracaídas. «Nos contactó por ejemplo una compañía que fabrica barcos de navegación a vela», dijo Lewis a BBC Mundo.

Polémica
Hasta ahora el material no está disponible comercialmente porque no se han generado cantidades suficientes, pero Lewis y sus colegas esperan incrementar la producción en el corto plazo.
«Acaba de nacer una nueva generación de cabras. En los últimos tres días nacieron cinco bebés y esperamos comenzar el ordeñe en un par de días», señaló el científico.
Técnicas tradicionales de selección animal fueron utilizadas para llegar a una nueva generación con mayor rendimiento en la producción de leche.
Algunas organizaciones como Amigos de la Tierra y ETC Group en Estados Unidos, han expresado preocupación por las posibles consecuencias futuras e imprevistas de la biología sintética.
En Estados Unidos, el trabajo de Lewis está regulado por la agencia sobre salud y medicamentos (FDA, Food and Drugs Administration), así como por el Departamento de Agricultura. La leche, por ejemplo, sólo puede ser utilizada para esta investigación y las cabras no pueden entrar en contacto con otros animales. Al morir deben ser incineradas.
Para Lewis, su trabajo no es diferente en esencia de la selección animal tradicional que ha tenido lugar durante cientos de años.
«Lo que hacemos no difiere de lo que realizaron los agricultores que comenzaron cruzando cabras hace siglos. En mi opinión es mucho peor lo que hacen los criadores de perros a veces, al cruzar un labrador con un animal mucho más pequeño».
«En nuestro caso sólo hicimos un único cambio genético, sabemos exactamente cuál es y cuáles son los resultados».

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