Llegan señales a la Tierra cada 131 segundos. ¿De dónde?
Durante 500 días, la Tierra ha recibido unas misteriosas señales extraterrestres de rayos X que venían de una galaxia muy lejana y mantenían una periodicidad constante de 131 segundos. Han logrado explicar estas emanaciones y parece que son un fenómeno de lo más insólito. Sergio Basi.
En noviembre de 2014, astrónomos detectaron unas señales muy potentes de rayos X que, desde una galaxia muy, muy lejana, llegaban a la Tierra. Este fenómeno se alargó durante 500 días y lo más sorprendente de todo es que estas señales eran periódicas y cada 131 segundos tenían una repetición exacta, de modo que en esa franja de tiempo se producía una señal que intermitentemente se “encendía” y desaparecía.
Para llegar al punto de procedencia de este misterioso fenómeno, los astrónomos tendrían que haber viajado durante unos 300 millones de años a la velocidad de la luz. Como todavía no existe humano con la tecnología capaz de salvar una distancia así, para explicar el fenómeno los científicos recurrieron a un invento más común y que, en nuestros días, ya cuenta con un gran desarrollo: el telescopio.
Observaron que este estallido de rayos X provenía desde un agujero negro con una masa un millón de veces superior a la del Sol, que está en el centro de la galaxia en cuestión.
Los agujeros negros generan, por la elevada y densa masa que tienen en su interior, un campo gravitatorio del que nada de lo que se acerca a su umbral puede escapar, ni siquiera la luz, dado que en su conjunto se trata de una curvatura del espacio-tiempo que supone en sí mismo un horizonte de sucesos, es decir, es una singularidad en el espacio y el tiempo que en sí misma constituye y alberga otra forma de espacio y de tiempo -ideas que ya empezaba a prever la relatividad de Einstein-. Y aunque no son visibles a los ojos del telescopio, sí pueden conocerse por medio de la observación de su entorno y comportamiento.
El agujero negro en cuestión tuvo relevancia por provocar un estallido de rayos X, conocido como estallido de interrupción de marea. Este destello se dio cuando el agujero engulló una estrella que cruzó el mencionado horizonte de sucesos, límite donde ya nada escapa a su atracción gravitacional. El hecho de que un agujero negro se zampe una estrella es algo que no se da de forma muy habitual, pero es el motivo para que de un agujero negro sea lanzada una explosión de actividad como la que mencionamos.
Sin embargo, los físicos destacan la hipótesis, entre otras barajadas, de que una parte de la estrella no fue devorada, sino que se desintegró en gas y polvo que quedó orbitando justo en el horizonte del agujero sin llegar a penetrar su umbral. Esos pulsos periódicos de rayos X se deben a que hay una estrella enana blanca en la misma órbita, en torno al agujero, que arrastró ese polvo y produce las emisiones cada 131 segundos, el tiempo en que esta enana blanca tarda en rodear el agujero.
Este es un fenómeno particularmente raro y solamente durará unos cientos de años antes de que el agujero negro se trague también este astro, y es que “un evento como este sucede solo una vez cada 50 mil años en una galaxia”, dijo el equipo de científicos.
Los científicos, según publican en Science por primera vez, han podido descubrir gracias a estos extraños rayos X que emanaron de cerca del punto de no retorno del agujero negro, que la velocidad de rotación del agujero negro es de 150mil km. por segundo.
Este trabajo permitirá explorar regiones del cosmos imposibles de visitar y aclarar la evolución de este tipo de agujeros negros, fundamentales para la evolución de las galaxias que se forman a su alrededor.
También permitirá aclarar cómo se alimentan los agujeros negros y las consecuencias de esta alimentación, puesto que se ha podido observar que cuando el disco de gas y polvo, que rota a gran velocidad y que está a unos 12mil millones de grados en torno a los agujeros negros, se contrae por muchos kilómetros cuando el agujero se traga un gran cuerpo estelar.