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Directivo de gigante bancario renuncia “por conciencia”

Greg Smith renunció al Goldman Sachs por "conciencia".

Después de doce años de trabajar en el gigante bancario Goldman Sachs, Greg Smith, alto directivo de la entidad en Europa, decidió renunciar. «No puedo seguir aquí con la conciencia tranquila», escribió en una carta abierta donde anuncia su retiro.

En el texto, publicado este miércoles en The New York Times, Smith describe el ambiente de la compañía como tóxico y destructivo, y cuenta que es común escuchar hablar de engaño a los clientes.

«Me molestaba ver la frialdad con que la se hablaba de engañar a los clientes. En los últimos doce meses, conocí cinco directores de gestión que se referían a sus propios clientes como marionetas (muppets), incluso en los correos electrónicos», escribe el que fuera vicepresidente de derivados de acciones de Goldman Sachs.

La carta de Smith provocó una avalancha de comentarios en Twitter y otras redes sociales. En el Reino Unido, muppet se utiliza de forma despectiva para describir a alguien como un ignorante.

«Estuve en reuniones de ventas de derivados donde ni un sólo minuto se gastó en preguntarse cómo ayudar a los clientes. Eran puramente sobre cómo hacer la mayor cantidad posible de dinero de ellos».

Smith indica que una de las claves para progresar dentro del banco es «persuadir a sus clientes a invetir en acciones u otros productos de los que estemos tratando de deshacernos porque no se crea que tiene mucho potencial para generar ganacias»

Goldman Sachs señaló que no estaba de acuerdo con las opiniones de Smith porque «no reflejan la manera en la que manejamos nuestro negocio».

«Sólo tendremos éxito si nuestros clientes tienen éxito. Esa verdad fundamental se encuentra en el corazón de nuestra organización», señaló la entidad en un comunicado.

La estela de escándalos de la entidad

Golmand Sachs, no obstante, arrastra una estela de escándalos y multas desde que en 2007 la Securities and Exchange Commission (SEC) de EE.UU. comenzó a indagar en sus cuentas y en su correspondencia interna.

Fabrice Tourre, entonces vicepresidente de Goldman, señalaba en sus correos que «todo el sistema estaba a punto de derrumbarse en cualquier momento».

Tres años después la SEC abrió una investigación por fraude contra el banco de inversión por la comercialización de inversiones hipotecarias en el mercado inmobiliario de EE.UU., las llamadas hipotecas basura.

La SEC multó a la entidad con US$550 millones por engañar a los inversionistas, la multa más alta en toda la historia del organismo de control.

La firma fue criticada por sus prácticas comerciales, incluidas acusaciones de que ayudó a Grecia a ocultar algunas de sus enormes deudas.

«No podía mirar a los ojos a los estudiantes»

Smith, que también daba charlas en universidades de todo el mundo para reclutar talentos para Goldman, comenta en su carta que se dio cuenta de que era el momento de marcharse cuando «ya no podía mirar a los ojos a los estudiantes».

«No podía decirles que este es un gran lugar para trabajar», subraya en su carta.

«Sinceramente creo que este declive en la fibra moral de la firma representa la amenaza más seria a su supervivencia en el largo plazo», señala.

En medio de la crisis financiera estadounidense y ante la posibilidad de una quiebra, la Reserva Federal autorizó a Goldman Sachs para dejar de ser un banco de inversión y convertirse en uno comercial.

Goldman estuvo entre las corporaciones rescatadas con los impuestos de los contribuyentes estadounidenses. En 2008 la entidad recibió US$10.000 millones del plan de rescate financiero TARP.

Unos años después del rescate el director general de Golmand Sachs, Lloyd Blankfein, hizo una polémica declaración: «Los banqueros no hacen más que cumplir con la obra de Dios». (BBC)

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