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El Mundial de Fútbol y el síndrome post partido

Una vez finalizado el encuentro, ¿hay que volver enseguida al escritorio? ¿Qué deberían hacer las empresas en caso de una victoria? ¿Y ante una derrota?

Ante la imposibilidad de escaparle a la pasión que el fútbol despierta entre los argentinos y al entusiasmo que, a miles de kilómetros, genera la fiesta que por estos días se celebra en Sudáfrica, las empresas optaron por subirse al clima mundialista y aprovecharlo para motivar a sus empleados y mejorar el ambiente laboral.

Con este objetivo, la mayoría de las compañías implementaron medidas para su personal puedan disfrutar los partidos que dispute la Selección en el lugar de trabajo.

Al ser consultados sobre las acciones que implementan las empresas durante los partidos en que la Selección argentina juegue en horario laboral, el 51% de los 211 directivos de RRHH sondeados por la consultora Adecco dijo haber conseguido equipamiento extra (pantallas gigantes, TV) para permitir que los trabajadores puedan ver los encuentros.

En tanto, el 15% decidió otorgar flexibilidad horaria para permitir que vean el partido en sus hogares, ya sea salir más temprano o ingresar más tarde cuando –como en el caso de este jueves- los once hombres de Diego Maradona juegue por la mañana.

Y, mientras el 49% reúne a todo el personal para ver el encuentro frente a Corea del Sur, el 22% lo junta por áreas o grupos, y el 16% lo deja a decisión de cada área pudiendo sumarse a toda la empresa o mirarlo desde cada sector.

Estas cifras evidencian, sin dudas, el interés de las compañías argentinas por vivir el fervor mundialista en grupo como una forma de compartir y generar actividades en conjunto.

Síndrome post partido

Pero ¿cómo harán los jefes para reencauzar a sus empleados a las tareas cotidianas una vez finalizado cada uno de los partidos que dispute el Seleccionado nacional?

Para Eduardo Press, director de la Escuela de Psicología Organizacional, “si las empresas aceptan darle lugar al Mundial, poniendo televisores, pantallas o plasmas, o flexibilizando los horarios, deberían poder hacerse cargo de las consecuencias que esto trae.”

En este sentido, el especialista en comportamiento humano y organizacional explica que “los jefes no pueden pretender que una vez finalizado el partido del Seleccionado nacional cada empleado vuelva a su puesto de trabajo de manera automática y como si nada hubiera ocurrido.”

En opinión del experto, luego del encuentro lo ideal es dejar un espacio para que la gente pueda recuperarse, comentar el partido y ver las repeticiones de las jugadas. De esta manera, la situación irá fluyendo naturalmente y cada uno retomará sus actividades.

Según la visión de Press, las compañías deberían estimar que el personal vuelva a sus actividades en un tiempo no menor a los 45 minutos una vez finalizado el encuentro futbolístico.

En el caso de las reuniones, lo ideal es programarlas dejando un espacio de al menos media hora post partido, como para que la ansiedad baje y cada uno de los participantes se pueda enfocar en los temas a tratar.

“Este tipo de instancias dan pie a que los trabajadores puedan disfrutar de un recreo, aunque no rindan más luego del partido, pero sin duda tendrán una mejor actitud frente al trabajo, y mejorarán las relaciones entre compañeros de trabajo, entre otros aspectos, lo que beneficia directamente a la compañía”, señala Pablo Molouny, gerente general de Trabajando.com Argentina.

Las victorias
Desde la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), Andrés Rascovsky hace hincapié en que “las empresas tienen que identificarse con la situación de fiesta nacional. Y como el éxito es fácil de asimilar, casi automáticamente se da un espacio para el festejo, capitalizándolo con alegría.”

“Si gana la Selección, el personal está más motivado y tiene otra energía para volver a su trabajo diario”, asegura Press.

Y resalta que las empresas tienen que prever que, a medida que van pasando las rondas, más gente se sumará a la euforia, incluso aquellos empleados que en un primer momento se mostraban indiferentes, se irán interesando.

Pero ¿qué pasa después de una derrota?

Según Rascovsky, “lo más importante y difícil es asimilar la derrota, tanto para las empresas como para las personas, y no perder las esperanzas, ni caer en la depresión o en la autocrítica excesiva.”

Para el presidente de APA, en caso que la Argentina pierda, una vez finalizado el partido “las compañías deberían ceder un espacio para la elaboración grupal, porque muchas veces, ante una derrota, también se juegan asuntos personales, y por este motivo algunos la sienten como algo tremendo. Sin embargo, hay que aceptar que no se va a ganar siempre.”

“Lo más importante, es que una caída del Seleccionado nacional no afecte la autoestima de la gente y que todos puedan participar de esta gran fiesta colectiva y seguir disfrutando”, reflexiona Rascovsky.

En tanto, Press considera que en esta etapa del campeonato mundial una victoria o una derrota no son tan significativas. En su opinión, “el verdadero duelo se dará si en algún momento la Selección queda eliminada. Ahí la gente va a necesitar mucho más tiempo para recuperarse.”

Cecilia Novoa
© iProfesional.com

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