No más dinero público para salvar bancos en EU

 

El mercado financiero de EU no volverá a recibir dinero de contribuyentes si se aprueba reforma de Obama.

New York.- La reforma de los mercados financieros que impulsa el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, impedirá de una vez por todas que dinero de los fondos públicos vuela a utilizarse para salvar a los bancos privados.

 

El plan está en su última fase de aprobación en el Congreso y Obama, al darle un impulso este jueves, dijo que “un voto para la reforma es un voto para poner fin al rescate de los bancos financiado por los contribuyentes. Esa es la verdad. Punto final”.

Ante la resistencia de la gran banca privada de EU, el mandatario les pidió que subieran al carro de la reforma en vez de lanzar palos a sus ruedas. Les pidió que se unieran en vez de combatir el esfuerzo, porque a su parecer las reformas no solo sirven al interés del país, sino del sector financiero.

La reforma, a la que el líder político llamó “profunda”, es para evitar que un nuevo derrumbe de los mercados financieros vuelva a desestabilizar al resto de la economía estadounidense, trayendo consecuencias colaterales expresadas en crecimiento del desempleo, desahucios y pérdida de ahorros.
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Obama llamó a aprender las lecciones de la actual crisis para no repetirla, y señaló que de no aplicarse la reforma, “nuestra casa continuará asentándose en arenas movedizas, dejando nuestras familias, negocios, y la economía global vulnerables ante crisis futuras”.

LAS MEDIDAS

El diario El Mundo, de España, explicó así las reformas: La parte central de su discurso estuvo dedicada a explicar las principales provisiones del plan de la Casa Blanca para reformar los mercados financieros. Entre ellas, figura la creación de un fondo a partir de un gravamen especial a los grandes bancos al que recurrir en caso de que alguno de ellos quiebre, evitando así que tengan que ser de nuevo los contribuyentes quienes financien su rescate. “El objetivo es que los contribuyentes no se vean atrapados porque una compañía es “demasiado grande para caer”, explicó.

Esta provisión de la propuesta de ley, así como una estricta regulación del mercado de derivadas, es el que ha suscitado una mayor controversia con la oposición. De hecho, son los dos asuntos que esta semana están negociando republicanos y demócratas para intentar aprobar la ley con un consenso bipartidista.

Los otros dos elementos de la reforma que destacó Obama son la creación de una agencia de protección del consumidor en el sector financiero, para evitar que se produzcan nuevos engaños y abusos en la concesión de hipotecas, y la concesión de un mayor poder a los accionistas a la hora de determinar las bonificaciones de los ejecutivos de Wall Street.

El presidente considera que estos salarios astronómicos han llevado a los ejecutivos a centrarse “en el próximo trimestre en detrimento del año próximo, o la década siguiente”.

DETALLES DEL DISCURSO

A diferencia de anteriores declaraciones dedicadas a Wall Street, Obama no ha utilizado esta vez un tono populista, sino más bien didáctico. Además, ha reiterado su confianza “en el poder del libre mercado”, pero ha advertido que para que éste funcione correctamente deben haber unas reglas del juego claras, y estrictas que eviten “una licencia libre para que cada uno se lleve lo que pueda”.

Antes de concluir su discurso, el presidente ha realizado una de sus habituales críticas al funcionamiento del sistema político norteamericano, al que simboliza su capital, Washington. “También necesitamos una reforma de Washington… Hemos visto batallones de lobbistas en el Capitolio, como compañías gastan millones para influir el resultado de este debate. Hemos visto argumentos engañosos y ataques destinados no a mejorar la ley, sino a debilitarla o matarla … Creo que podemos y debemos dejar de lado este tipo de política cínica”.

A pesar de que la semana pasada los líderes republicanos en el Congreso se conjuraron para abortar la aprobación del plan de reforma de la Casa Blanca, durante las últimas horas se ha producido un acercamiento entre las partes. Así pues, lo más probable es que el Senado aprobará una propuesta de ley la semana que viene, que deberá luego ser armonizada con la ya aprobada por la Cámara de Representantes.