Guerra de Los Zetas amenaza a Centroamérica
Rogelio Núñez (*)
Uno de los cárteles más poderosos de México, el de Los Zetas, se ha dividido en dos y esa fractura explica la guerra que se ha desatado entre ambos bandos y que ensangrienta varios estados mexicanos.
Tanto México como otros países, como Guatemala, están en alerta ya que temen que ese enfrentamiento interno se generalice por toda la región y aumente el número de muertes.
Miguel Ángel Treviño, alias Z-40, que fue el hombre fuerte de Los Zetas en Nuevo Laredo, ha conseguido convertirse en el jefe de esta organización desplazando a su líder histórico y fundador, Heriberto Lazcano. Junto a Z-40, aparece en la nueva cúpula zeta su hermano Omar Treviño como número dos de la organización.
Jere Miles, agente especial del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, explica lo que está ocurriendo al interior de Los Zetas de la siguiente forma: “cuando le permites a alguien asumir tanto poder, las personas comienzan a darle su lealtad al otro y no a Lazcano… al principio Lazcano estaba encantado de quedarse sentado y de que Treviño hiciera lo suyo, pero no creo que él entendiera cómo funciona eso en el bajo mundo”.
Por su lado, Diego Enrique Osorno, autor de ‘La guerra de Los Zetas’ (Grijalbo) contó al diario mexicano El Mundo que esta organización criminal surgió como el brazo armado del Cártel del Golfo, pero ahora son “una empresa de mercenarios en auge, con una estructura horizontal, ranchos de entrenamiento y un sistema de comunicación a lo largo del Golfo de México, cuyo principal negocio es el control del territorio mediante la violencia, para que cruce todo lo ilegal, desde la droga a personas o recursos energéticos”.
La guerra civil de Los Zetas
Pero desde hace unos meses el imperio de Los Zetas ha entrado en crisis. Los dos capos de la organización criminal, Heriberto Lazcano Lazcano, “El Lazca”, y Miguel Ángel Treviño Morales, “Z-40″, libran desde antes de abril una batalla por el liderazgo, el dinero y el territorio que de momento afecta a los estados de San Luis Potosí, Zacatecas, Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila.
Esta fractura puede tener varias consecuencias: en primer lugar el aumento de la violencia; en segundo lugar que otros grupos se aprovechen de la debilidad de Los Zetas para incrementar su poder y en tercer lugar que la guerra se extienda a otros países donde Los Zetas tienen muchos intereses y penetración.
El periodista británico Ioan Grillo, autor del libro “El narco. En el corazón de la insurgencia criminal mexicana”, cree que “la ruptura se generalizará y producirá muchísima violencia”: “la desbandada de sus integrantes causada por la guerra interna ha creado ya células huérfanas, grupos criminales locales que han perdido la alianza con la cúpula y actúan por su cuenta”.
La características del grupo, con células muy autónomas, puede provocar una balcanización de la organización y por ende aumentar la violencia y hacer más difícil su derrota.
Raúl Benítez Manaut, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México, abunda en este aspecto pues describe a Los Zetas como “un cártel inestable”, con una gran capacidad de violencia y posiblemente de más si comienzan las disputas internas. “creo es que Los Zetas sí están teniendo problemas y no hay un mando central”.
El investigador en temas de seguridad, Alejandro Hope, explica que “son una organización muy descentralizada, con células autofinanciables, y probablemente a partir de cierto tamaño sea difícil controlar a sus miembros. No es lo mismo dedicarse a la extracción de rentas, donde lo que roba uno no puede ser robado por otro, que al tráfico de drogas, que exige arreglos de colaboración y ganan todos. ‘Los Zetas’ dependen mucho más de lo primero que sus rivales de Sinaloa”.
La procuradora General de la República de México, Marisela Morales Ibáñez, ya confirmó ese aumento de la violencia y los asesinatos causados por el enfrentamiento entre “El Lazca” y “Z-40″: “es parte de la violencia, entre otras cosas, la disputa de los territorios entre las propias organizaciones y como cuando se empieza a restarles fuerza a algunos líderes, ya sea porque se les detiene o porque ya están más cercados porque hay operativos para su aprehensión, pues se empiezan a escindir estos grupos y empiezan a dividirse y esto es también un factor importante para aumentar la violencia”.
El mayor beneficiado de esta pugna es Joaquín “El Chapo” Guzmán, según un artículo publicado por el diario El Universal.
El periódico se basa en un análisis de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA). Una fuente de la DEA le dijo al diario mexicano que algunos ex miembros de Los Zetas ahora forman parte del Cartel de Sinaloa liderado por “El Chapo”.
Según la DEA, “desde noviembre de 2011, Los Zetas comenzaron a registrar cambios importantes en su estructura; las operaciones más importantes estaban en manos de los hermanos Treviño, mientras que Heriberto Lazcano fue mayormente desplazado, lo que motivó a que éste formara grupos paralelos a los de los hermanos Treviño”.
La región en alerta
Desde hace años se sabe que tanto el Cártel de Sinaloa como el de Los Zetas mantienen una presencia cada vez mayor no solo en México sino en Centroamérica, en especial en Guatemala.
Por eso los países centroamericanos temen que la guerra civil se extienda de una manera u otra a otros territorios. Julio Rivera Clavería, viceministro guatemalteco de Seguridad, confirmó a Prensa Libre que no solo ya sabía del rompimiento de ese cartel desde hacía varios meses sino que se han tomado medidas.
Peña Nieto ha reiterado su compromiso en la lucha contra los cárteles
“De todo esto ya estamos enterados, y por parte de las fuerzas de seguridad —Policía y Ejército— ya hay planes específicos ante la posibilidad de enfrentamientos de ambos grupos en el país, aunque más creo que eso se definirá en el área mexicana”, explicó Rivera Clavería al periódico.
El funcionario añadió que “lo único que le puedo decir es que tenemos mucho más control a nivel fronterizo y en los siete departamentos donde tenemos conocimiento de que esta gente se ha instalado”.
La presencia de Los Zetas en Guatemala se ha podido rastrear en al menos Zacapa, Huehuetenango, Petén, Alta Verapaz, Chiquimula y El Progreso.
La guerra de Los Zetas refuerza la hegemonía de “El Chapo” Guzmán en México y en América Latina pues el cártel del Pacífico o Sinaloa actúa en 13 naciones del continente: Canadá, Estados Unidos, Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice, Ecuador, Costa Rica, Colombia, Perú, Chile, Argentina y Venezuela.
Por su parte los “Zetas” están en Estados Unidos, El Salvador, Panamá, Colombia y Bolivia, así como en Honduras, Argentina y Brasil.
Así pues, Enrique Peña Nieto hereda otro grave problema a la hora de enfrentarse al crimen organizado. Su apuesta es por el combate al narcotráfico (“para el Estado una tarea irrenunciable”) y debe hacerlo luchando frente a grandes cárteles como el del Pacífico y otros (Los Zetas) en pleno deterioro pero con gran capacidad de destrucción.
Además, Z-40, según Samuel Logan, director de la firma de análisis de seguridad Southern Pulse, “es alguien que quiere dar la pelea”, frente a un “Lazcano… que puede llevar a Los Zetas a una dirección donde representen una molestia menor para el nuevo gobierno”.
(*)Infolatam