Colombia exporta langostas de aguas en disputa
Aunque solo resta esperar el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya en torno al diferendo limítrofe de Nicaragua con Colombia, los medios de comunicación del país sudamericano volvieron a montar una campaña sobre el tema.
El diario El Colombiano brinda una idea sobre los temores de la nación sudamericana: de las aguas en disputa sacan su única producción de langostas para el consumo interno y la exportación. Sin incluir las esperanzas de que el lugar albergue un inmenso manto petrolífero.
“Del fallo que se conozca el próximo 19 de noviembre en La Haya (Holanda) depende la subsistencia de más de 1.123 pescadores artesanales, las exportaciones de unas 150 toneladas de langosta anuales y más de 600 empleos que genera la única procesadora industrial de frutos del mar”, según El Colombiano.
En todo el vértice que se forma en el cruce del meridiano 82° con el paralelo 15°, se encuentra una amplia zona de mares de baja profundidad conocida como Luna Verde o La Esquina.
En esa franja de mar es la única fuente de langosta espinosa para exportación de Colombia y es la joya de la corona de 14 empresas pesqueras y 16 embarcaciones dirigidas a la pesca de langosta y otras nueve a la captura de atún, barracuda, sierra entre otras especies incluidas en una cuota de 695 toneladas anuales.
La mayor parte de la producción del apetecido crustáceo está a cargo de Antillana, comercializadora internacional de capital colombiano, que captura un promedio de 10 toneladas mensuales. Lo hace con 13 barcos fletados, cada uno con 15 tripulantes, dentro de estrictos controles, pues el archipiélago es Reserva de la Biósfera, declarada por la Unesco.
«El 90 por ciento de la producción de langosta la exportamos a Estados Unidos, vía Miami, y a Europa, vía Cartagena, son cerca de 6 millones de dólares (10.896 millones de pesos de hoy)», comentó con preocupación a este diario Lucy Álvarez Bustillo, gerente de la sucursal de Antillana en San Andrés. Después de unos segundos, al otro lado de la línea, la directiva sentenció: «Si Colombia pierde terreno con Nicaragua en esa zona, tendremos que cerrar la operación en la isla».
Quedarían sin trabajo 20 empleados directos, 80 más indirectos, 200 pescadores y la cadena de suministros dejaría de percibir cerca de 500 millones de pesos mensuales.
Por su parte, la secretaría de Agricultura y Pesca de la isla, Marcela Sjogreen Velasco, advirtió que «la zona es el principal banco pesquero de la isla y de allí sacan su sustento la mayoría de los pescadores artesanales, es un generador de empleo para los raizales y su seguridad alimentaria».
Con evidente temor y ante un posible fallo adverso, empresarios y pescadores sanandresanos ni siquiera contemplan solicitar permisos de pesca a Nicaragua, pues están convencidos de que su gobierno busca ampliar su frontera para explotar el petróleo y gas que se presume allí.