Más allá de una prisión sin paredes…
Diana Benavides
Cuenta la leyenda que llegó a ser del conocimiento del hombre más rico del mundo la existencia del hombre más sabio sobre la faz de la tierra, el cual vivía en tierras lejanas.
El hombre rico atravesó montañas, mares, valles y desiertos para llegar a tan remoto lugar, pues estaba ansioso por conocer al hombre cuya mente guardaba todo conocimiento y entendimiento acerca de los misterios de la humanidad.
Cuando finalmente el hombre rico encontró al hombre sabio fue sorprendido por la pequeña y sencilla morada de este y ante tal asombro el hombre rico pregunto: ¿Tienes el poder para poseer todo lo que quieras en esta vida, y es así como vives?
A lo que el hombre sabio contestó con otra pregunta: Eres el hombre más rico del mundo, ¿dónde están tus pertenencias? Soy extranjero por estas tierras, he viajado desde lejos y con poco equipaje, contestó el hombre rico. Entonces el hombre sabio comentó: También he viajado desde lejos, soy extranjero en esta vida, temporalmente en este mundo, y esto es todo lo que poseo.
Tú también eres un viajero cuyo origen y herencia es divina; un ser espiritual viviendo una experiencia humana cuya vida terrenal y existencia eterna tienen un propósito como parte integral de un todo universal.
Y el primer principio de este universo que se encuentra en tu interior y por ende de tu ser, es el de crear, progresar, multiplicarse y exaltarse. Más, sin embargo, es el factor miedo el principal inhibidor de tu despertar. Por lo que si confundes prudencia con miedo, tal vez tendrás la recompensa de lo cuidadosamente analizado, pero perderás la perspectiva del verdadero significado de la vida.
Y pese a que unos optan por dejar la vida pasar, el destino no es un chance, más bien es una elección, permitiéndote asumir la responsabilidad de todos tus hechos. ¡Pues la vida no debe ser pasivamente esperada, pero conquistada!
Si, este es tu libro de la vida y tienes el privilegio de escribir cada página sin olvidar que eres el maestro de tu majestuosa obra, donde el cambio es la constante y el riesgo es el acelerador del plan de la vida. Si te resistes no tendrás la capacidad de sentir, cambiar, y crecer, permaneciendo así sujeto a la percepción de querencias, necesidades y limitaciones del hombre que solamente es rico; mientras que el hombre sabio transciende más allá de una prisión sin paredes.
Este escrito es propiedad y derechos reservados de su autora, Diana Benavides.