No al asesinato de maestros, periodistas y campesinos
Adital.- Complejo Militar-Minero-Agroindustrial (COMMA).- El poder vertical, autoritario y patriarcal se refleja en la pedagogía del terror y el crimen. Los cuerpos represivos militares y policiales hondureños son instrumentos del uso y abuso de la violencia por parte del estado oligárquico, capitalista dependiente articulado al capital financiero internacional de la globalización neoliberal.
La invasión geopolítica de Honduras se caracteriza por la dominación cultural, ideológica, económica y militar de los espacios. Tortura, guerra, drogas, plaguicidas, fertilizantes, control de semillas mediante la biotecnología (transgénicos) son parte de la política experimental de los agronegocios.
El hambre de los pueblos se ha incrementado con la transformación de los alimentos (maíz, palma africana, caña de azúcar) en agro combustibles; cuya energía se emplea para los automóviles. A este proceso violento le llamaremos Complejo Militar-Minero-Agroindustrial (COMMA). Las siglas COMMA corresponden al poder violento que adormece, embrutece y mata la conciencia de los pueblo.
El espacio del excedente productivo y agroexportador de la madre tierra y los territorios se convierten en mercancías de la agroindustria y los pueblos originarios (lenca, chorti, tawaka, pech, tolupán, garífuna, misquito y el campesinado son considerados como objetos de explotación, desalojo y violencia
Los jerarcas del poder hondureño son multimillonarios. Habitan en mansiones. Viven rodeados por un sequito de guardaespaldas, de orejas y serviles que son pagados con la pobreza del pueblo; mientras las y los subalternos tienen salarios bajos y en algunos casos sus condiciones de vida son miserables.
Los militares y policías honestos, que no están de acuerdo con el orden de cosas son castigados, exiliados, discriminados, destituidos y en algunos casos aparecen asesinados.
La mentalidad del COMMA es patriarcal y militarista y su práctica con respecto a sus víctimas es : golpear, torturar, matar, dominar y someter ya sea con el soborno, el uso de las armas, la manipulación mediática o el fundamentalismo religioso o político
No basta usar un uniforme, cargar un fusil o una metralla, ponerse las estrellas en el pecho o que brillen las botas para ser militarista y ejercer la violencia. Mentalidad militarista poseen los jerarcas religiosos disfrazados de Cristo, «Soldados de la guerra espiritual».
El COMMA viste de blanco a sus cuadrillas y gendarmes para distinguirlos de los impuros, trigueños, negros y tostados por el sol de la injusticia. Financiadas por el capital minero y agroindustrial; las damas de blanco y las camisas blancas simbolizan la «white culture». Proliferan en Honduras, Cuba, Venezuela y otros países del ALBA con las consignas de los intereses imperiales y racistas en nombre de Dios, y la democracia; mientras se asesina a nuestro pueblo y se prepara la guerra contra la vida y dignidad histórica de los pueblos.
La ideología militarista se refleja en algunos intelectuales cuya palabra es manipuladora o cuya verborrea está destinada a promover la violencia y a justificar el crimen
El «COMMA» opera en forma perversa; primero desacredita la futura victima e inventa la idea del enemigo con la intencionalidad de trasformar al opositor en el blanco de todos los ataques. Rafael Alegría dirigente de la Vía Campesina y del Frente de Nacional de Resistencia fue encarcelado y luego liberado, durante el golpe militar. Posteriormente fue objeto de una campaña sistemática de difamación. El objetivo oligárquico ha sido involucrar a Rafael y al campesinado del Aguan de estar organizando la guerrilla con vínculos con las FARC de Colombia y posteriormente justificar COMMA una masacre campesina.
Los autores intelectuales y materiales de los planes de guerra son los tanques pensantes del crimen. Son la mente perversa de la «política inteligente», de la guerra irregular. Son moralistas sin moral. Usan el antifaz de la democracia para perpetuar los asesinatos.
Con el discurso del falso humanismo cristiano califican de vándalos y delincuentes a los pobres y al pueblo en resistencia; sin embargo en el nombre de Dios y la Democracia ocultan su complicidad ante el femicidio, los asesinatos de maestros, maestras, periodistas, campesinos , obreros, estudiantes, artistas ,comunidad LGBT y dirigentes del Frente Nacional de Resistencia Popular.
El aparato de Seguridad del presente régimen inició la represión con la operación «Madrugón» en la colonia popular «El Pedregal .Sujetos enmascarados altamente armados invadieron los hogares e inventaron la historia de la existencia de grupos armados para calificar esta zona de subversiva y justificar futuras acciones.
En el mes de marzo 2010; cuando se conmemoran los treinta años del asesinato de Monseñor Romero; los sicarios hondureños y colombianos celebraron un festín sangriento, al matar frente a sus alumnos, al genuino defensor de la pedagogía de los pobres José Manuel Flores, dirigente magisterial COPEMH; miembro del Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) y autentico militante del Frente Nacional de Resistencia Popular.
Las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) que han guardado silencio ante el golpe militar y las violaciones de los derechos humanos por el nuevo régimen; se han dedicado a perseguir a los trabajadores, a desarrollar una campaña mediática y a violar el fuero sindical; lo cual ha tenido el repudio de la Resistencia y de la comunidad universitaria.
La serie de asesinatos continuó con Francisco Castillo, miembro de la Resistencia; defensor del bosque y colaborador del Sacerdote Andrés Tamayo(Premio Mundial Goldman) quien fue expulsado y despojado de su nacionalidad por los depredadores del bosque y el silencio cómplice de la jerarquía eclesiástica.
La cantera mediática de mentiras se convierte en la máscara de los asesinos. Ejércitos fantasmas de venezolanos ecuatorianos, bolivianos, cubanos y nicaragüenses han sido desvirtuados por las organizaciones de derechos humanos y la comunidad internacional al constatar que esta denuncia es una infame mentira.
José Antonio Cardoza y José Carías del Movimiento Unificado de Campesinos del Aguán, (MUCA) y el periodista Nahúm Palacios (quien denunció la injusticia y los crímenes de la oligarquía) fueron también asesinados. La sangre pinta las palmas africanas con el sufrimiento y asesinato del campesinado.
En estos momentos de inmenso dolor y sufrimiento, es urgente educar y desarrollar la educación popular y liberadora, prevenir la guerra programada contra el campesinado del Aguan, los educadores, periodistas y miembros del Frente Nacional de Resistencia Popular.
Tarea esencial es profundizar en el desarrollo de la conciencia organizativa, unitaria y movilizadora de la Resistencia, proteger a los y las dirigentes y miembros del Frente, y demandar la solidaridad todos los pueblos del mundo contra este régimen opresor y trabajar por la Refundació de Honduras e instalar la Asamblea Nacional Constituyente
Asesinar a las maestras, maestros, periodistas y campesinos es el monstruoso crimen contra la educación, soberanía alimentaria y la libertad de expresión de nuestro pueblo en resistencia.
A los treinta años del aniversario del asesinato de Monseñor Romero.
* Presidente del Movimiento Madr