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Cólicos en infantes, ¿y ahora qué hacemos?

Un bebé con cólico no es asunto fácil. ¿Qué podemos hacer?

Ver y escuchar a un infante con cólico es una de las experiencias más aflictivas para los padres jóvenes e incluso para los más adultos de la familia, como es el caso de los abuelos.

Según la Asociación Norteamericana de Gastroenterología, Hepatología y
Nutrición Pediátrica (Naspghan), el cólico se define como llanto y extrema irritabilidad en infantes.

Los ataques de llanto incontrolable tienden a ocurrir en la noche, pero muchos niños no siguen una rutina predecible. El llanto y la irritabilidad pueden durar horas, seguidas por periodos en los cuales el bebé actúa y parece estar completamente cómodo.

El cólico es muy común, afectando a 1 de cada 4 recién nacidos. La razón de la irritabilidad no está totalmente clara, pero incluye una inmadurez del sistema nervioso del bebé, interrupciones en el sueño, hipersensibilidad al entorno y sobrecarga sensorial.

Solamente una pequeña fracción de niños con cólico sufre condiciones médicas identificables, tales como reflujo gastroesofágico o alergias alimentarias. Estas otras posibilidades serán discutidas con su médico antes de que se llegue a un diagnostico de cólico.

Típicamente, el cólico sigue la ‘regla del tres’: el llanto comienza a las tres semanas de edad, dura por lo menos tres horas por día, y ocurre por los menos tres días a la semana.

Los cólicos empiezan a las tres semanas de nacido. En esta foto del pequeño Sebastián, se aprecia su tranquilidad con apenas dos días de estar en este mundo.

El bebé con cólico comenzará a llorar a todo pulmón, como si sufriera dolor, enrojeciendo la cara, pateando, arqueándose y eliminando gases. A veces, el darle de comer detendrá temporalmente los gritos, que continuarán tan pronto como se retire o se aparte el pezón. Los bebés con cólico continúan creciendo y aumentando de peso normalmente.

El cólico se diagnostica haciendo una cuidadosa historia del patrón del llanto y confirmando que el bebé está sano en todos los otros aspectos mediante un cuidadoso examen físico. No se requieren análisis para confirmar este diagnostico.

No existe un tratamiento específico, pero se puede hacer mucho para minimizar en los padres el efecto de este problema agotador. A menudo, la fórmula del bebé puede ser sustituida por otra que sea hipoalergénica (Nutramigen, Alimentum, o Good Start, entre otras). Algunas madres pueden modificar su propia dieta, eliminando comidas que causen gas o los lácteos.

Si se sospecha la existencia de reflujo gástrico, se puede iniciar tratamiento con antiácidos y continuarlo si se determina que tienen un efecto positivo. En la mayoría de los casos, lo que se necesita es mucha paciencia. Los padres y otros miembros de la familia deberían tomar turnos en el cuidado del bebé.

Masajes, música suave y la colocación de una faja pueden ayudar a que un bebé con cólico pase el día. Sobre todo, ¡nunca sacuda a su bebé! Se espera que el cólico infantil desaparezca cuando el bebé cumpla los tres meses de edad.

A veces, la irritabilidad continúa por unas pocas semanas o meses más. El pronóstico es excelente. Si Ud. Se siente preocupado, o nota cambios que lo intranquilicen, siempre discútalos con su médico.

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