Informe de BM sobre tierras: fracaso y desencanto
El 7 de septiembre, el Banco Mundial (BM) decidió por fin publicar su muy anticipado informe sobre el acaparamiento de tierras a nivel mundial. Tras años de trabajo, varios meses de negociación política y quién sabe cuánto dinero gastado, el informe fue difundido de manera informal en el sitio electrónico del BM -únicamente en inglés-.
El informe es a la vez un fracaso y un motivo de desencanto. Todo mundo esperaba que el Banco proporcionara nuevos y sólidos datos obtenidos en el lugar de los hechos, acerca de estas «adquisiciones de tierra a gran escala», para usar su terminología, que han provocado controversia desde 2008.
Después de todo, el Banco Mundial ha tenido acceso a los gobiernos y a las corporaciones de un modo que los periodistas o los investigadores de las organizaciones no gubernamentales nunca podrían tener.
Al parecer le negaron información
El banco mismo dice que ésta fue su ambición central. Pero apenas si hay algo nuevo en todo el documento de 160 páginas. El BM dijo que iba a mirar, concretamente, la situación de 30 países, pero únicamente revisa 14. Parece que las compañías se negaron a compartir información acerca de sus inversiones en tierras de cultivo, como lo hicieron los gobiernos que pusieron a disposición las tierras.
Así que el BM recurrió entonces a farmlandgrab.org, un sitio electrónico que administra GRAIN, para elaborar una base de datos de todos estos tratos, según los informes de los medios, y envió a equipos de consultores para ver si eran reales o no. 2 ¿No puede el Banco Mundial hacer algo mejor?
Feos hallazgos
Lo que sus investigadores e informantes hallaron corrobora lo que muchos hemos estado diciendo durante los últimos dos años. Sí, desde las crisis alimentaria y financiera de 2008 hay un «enorme» acaparamiento de tierras en curso por todo el mundo y no hay signos de que éste amaine.
El Banco dice que los 463 casos que encontró en farmlandgrab.org entre octubre de 2008 y junio de 2009 cubren por lo menos 46.6 millones de hectáreas de tierra y que la mayoría de éstas se encuentran en el África subsahariana.
Los reportes en campo validan que 21% de estos proyectos están «en operación», más de la mitad están en el proceso de «desarrollo inicial» y cerca de 70% ya fue «aprobado».
El Banco minimiza estas cifras, y las presenta como evidencia de que los tratos para apoderarse de tierras son más un invento que una realidad. Por el contrario, nosotros pensamos que estos datos demuestran que hay muchos proyectos avanzando, y debe haber muchos más pues los datos del Banco son obsoletos, dado que hay muchos nuevos contratos que están ocurriendo todo el tiempo.
Se «aprovechan» de gobiernos débiles
Los hallazgos del BM corroboran también lo que otros han estado diciendo acerca del impacto de estos acaparamientos de tierras. Su conclusión general es que los inversionistas se aprovechan de «condiciones de gobierno débiles» y de la «ausencia de protección legal» para las comunidades locales (es decir, donde es frágil el reconocimiento que brinda el gobierno nacional a los derechos de quienes viven en esas tierras), con lo que pueden expulsar a la gente de sus tierras.
Además, otro hallazgo es que las inversiones casi no le reditúan nada a las comunidades afectadas en términos de empleos o compensación, por no hablar de seguridad alimentaria. El mensaje que nos queda es que virtualmente en ninguna parte de los países y casos que examinó el Banco Mundial hay algo que celebrar:
Muchas inversiones […] no pudieron cumplir las expectativas y en vez de generar beneficios sustentables, contribuyeron a la pérdida de propiedades y dejaron a la gente de la localidad peor que antes de las inversiones. De hecho, pese a que se ha hecho el esfuerzo de cubrir un amplio espectro de situaciones, los estudios de caso confirman que en muchas ocasiones los beneficios fueron menos que lo que se esperaba o no se materializaron en lo absoluto.
El BM proporciona una tabla con algunos muy breves resúmenes de los efectos de las inversiones extranjeras en la tierra de cultivo de cinco países. (Ver recuadro). Ésta es una de las pocas instancias en que el Banco se pone a detallar el modo en que estas inversiones funcionan en el lugar de los hechos.
La tabla pinta un panorama horrible. Comunidades completas están siendo expulsadas de sus tierras, los trabajadores son explotados, surgen violentos conflictos (el representante en jefe de una compañía resultó muerto), los inversionistas quebrantan leyes e incumplen promesas, y más. ¿Qué dice el banco de estos «inmensos riesgos» y «peligros reales», como les llama? Que no debemos alarmarnos, porque hay «igualmente grandes oportunidades».
* ONG que promueve el manejo y uso sustentable de la biodiversidad agrícola basado en el control de la gente sobre los recursos genéticos y el conocimiento tradicional.