Sistema jurídico de EU a prueba por derechos y libertad de homosexuales

Dr. Vicente Maltez Montiel (*)

El sistema legal de Estados Unidos ha sido promovido como un ejemplo para el mundo, y la oportunidad le ha llegado a la Corte Suprema de Justicia de ese gran país para demostrar si es capaz de superar uno de los grandes retos, como es el equilibrio entre la vigencia de la norma legal y la realidad, a propósito de poder decidir sobre los derechos inmigratorios que se derivan de los matrimonios entre personas del mismo sexo.

En nueve estados de la Unión Americana se permiten matrimonios entre personas del mismo sexo y a la fecha 120,000 parejas han sido constituidas, algunas de ellas entre norteamericanos y ciudadanos que han recurrido ante la Corte Suprema Federal a fin de que resuelva el conflicto entre la Ley de defensa del matrimonio, más conocida como DOMA y los derechos y garantías constitucionales que deben proteger a todos por igual basados en el principio de la igualdad ante la ley de las constituciones modernas.

Mientras la Ley DOMA establece que los beneficios fiscales, de seguridad social, pensiones y bancarrotas, así como las licencias médicas familiares NO APLICAN A PAREJAS GAY Y LESBIANAS, entre un 53 a 56% de la opinión pública las aprueba y reconoce respectivamente.

Lógicamente el debate se ha tornado acalorado y de la resolución del más grande tribunal de justicia se derivarán consecuencias jurídicas, sociales y culturales. Mientras se espera la resolución, las manifestaciones a favor de los derechos de los homosexuales y contra la homofobia en Estados Unidos, México, París y otras grandes ciudades no se han hecho esperar.

El presidente norteamericano Barack Obama ha manifestado públicamente su apoyo a las uniones conyugales de los homosexuales, cumpliendo una promesa de campaña electoral, pero mantiene cierta distancia del proceso de resolución del conflicto de materia jurídico-constitucional al no hacer participar al Estado a través del fiscal general de la nación.

Origen de la polémica

Con el propósito de ilustrar más y mejor a nuestros amables lectores, queremos presentar a ustedes algunos de los aspectos que dan origen a esta polémica de la cual no parece sustraerse nadie.

El origen y la definición de la homosexualidad, las conductas que les son adversas hasta llegar a crímenes de odio, hoy identificadas como homofobia, y el impacto que estos debates, incrementados por la resolución de la Organización Mundial, tienen en las sociedades y forma de vida del resto del mundo y en nuestro país, son los aspectos más relevantes de una discusión de muchas aristas y sensibilidades que no pueden ser obviadas.

La historia de la humanidad demuestra que la conducta homosexual siempre ha estado presente y que en la Atenas del siglo IV antes de Cristo, (recuérdese que Grecia es origen de la cultura occidental) era una forma más de amor ampliamente aceptada. Se ha visto que algunas religiones la han aceptado pero el judaísmo y el cristianismo la han rechazado.

Para Aristóteles la homosexualidad era una tendencia innata que se reforzaba con el hábito. El alemán Karl H. Ulrichs pensó que se trataba “de un tercer sexo o urnings”; Kraft-Ebing sostenía que era hereditaria y signo de degeneración física y mental. Todos estos son científicos del siglo XIX o mucho antes.

En el siglo XX, tres grandes pensadores y la resolución de un organismo científico abrieron luz sobre este tipo de conducta sexual de los seres humanos.

El inglés Henry Havellock Ellis defendió la libre expresión, tanto de la heterosexualidad como de la homosexualidad, y consideró a esta última como una forma natural e innata de la actividad sexual.

Sigmund Freud la explicó a punta de partida del apego excesivo al progenitor del sexo opuesto, que los hace temer por tabúes que prohíben el incesto. Dicho en otras palabras, un varón que adora a la madre, quizás sin la figura paterna en el cuadro familiar, al no poder tener sexo con la madre se desviaría de lo “normal” buscando el placer sexual en personas de su mismo sexo.

Las teorías de Freud, considerado junto con Einstein los dos más grandes científicos del siglo XX, han sido interpretadas como que la homosexualidad pudiera ser susceptible de tratamiento.

Por su parte, el profesor norteamericano Alfred Kinsey, a través del famosísimo Informe Kinsey sobre la sexualidad norteamericana, sostuvo que la homosexualidad es más común de lo que se cree.

Kinsey afirmó que de los varones el 4% son totalmente homosexuales, 37% ha tenido algunas experiencias homosexuales y 13% ha tenido más experiencias heterosexuales que homosexuales.

En lo que respecta a las mujeres, Kinsey sostuvo que un 3% es exclusivamente homosexual y 28% ha practicado alguna experiencia de lesbianismo.

En la actualidad, el mundo tiene que considerar la resolución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 17 de mayo de 1990, por medio de la cual se elimina de la lista de enfermedades la homosexualidad, lo cual ya había realizado en su momento la Asociación Norteamericana de Psiquiatría, sentando un precedente porque su afirmación categórica es que se trata de una opción o variante de la conducta sexual y no una enfermedad mental.

Razones que podrían explicar la homosexualidad

La posible influencia de las hormonas en el cerebro fetal cuando se está en el vientre materno, podría determinar la orientación sexual y el modo en que después influye en la crianza.

Otros estudios suponen que el estrógeno, una hormona femenina, actúa de una manera distinta en varones homosexuales que en varones heterosexuales, pero faltan conclusiones definitivas al respecto.

Pero las conclusiones modernas de la ciencia destacan que ni los factores psicológicos ni los biológicos pueden ser causa única de homosexualidad y que el ambiente familiar influye poco o muy poco en la orientación sexual.

La medicina moderna reconoce que la homosexualidad es un tipo de orientación sexual y no amerita tratamiento a no ser que se trate de una HOMOSEXUALIDAD EGODISTONICA, es decir, aquella que se vive en medio de graves conflictos que afectan la calidad de vida personal y convivencia social de quien la experimenta.

El movimiento reivindicatorio de los derechos de los homosexuales, celebra el 17 de mayo como el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, a fin de promover la sensibilidad para luchar contra la homofobia, bifobia (fobia a los bisexuales) y transfobia (fobia a los transexuales).

Importancia de la homofobia

El término homofobia significa fobia o rechazo a la homosexualidad y lo que tenga que ver con ella y es una palabra utilizada por primera vez por el psicólogo estadounidense George Winberg, quien afirmaba:

“Homofobia es simplemente eso: una fobia. Un temor que provoca un comportamiento irracional de huida o el deseo de destruir el estimulo de la fobia o cualquier cosa que lo recuerde”.

Sin embargo, las implicancias sociales y jurídicas de la homofobia son más amplias que algunas ideas negativas que puedan rondar en la mente de algunas personas. Conlleva rechazo a homosexuales y a otras personas de la llamada diversidad sexual, también es desconocimiento de las políticas de igualdad, represión legal y los crímenes de odio contra este sector.

Se calcula que cada dos días una persona homosexual es asesinada en el mundo por homofobia. Amnistía internacional denuncia que en 70 países se persigue a los homosexuales y en ocho de ellos se les condena a muerte por su opción sexual.

Mientras en nuestro país las reformas del Código Penal del tiempo de doña Violeta Chamorro, que todavía están vigentes, le ganaron a Nicaragua descrédito internacional, en la actualidad el estado nicaragüense cuenta con una Procuradora Especial de la Diversidad Sexual, en lo que parece ser un rostro amable y contradictorio respecto a la homosexualidad y diversidad sexual.

La realidad es que la sociedad nicaragüense se muestra, en su inmensa mayoría, exceptuando a los sectores recalcitrantes y retrógrados religiosos, tolerante frente a la homosexualidad: existen y funcionan libremente organismos no gubernamentales, se realizan concursos de belleza gay en el Teatro Nacional Rubén Darío, los lamentables crímenes de odio son escasos, etc., y el futuro debate sobre la posibilidad del matrimonio entre personas del mismo sexo ya circula en los pasillos de la Asamblea Nacional.

El matrimonio entre las personas del mismo sexo en Nicaragua debe ser visto como un derecho de quienes así lo consideran, tomando en cuenta las corrientes de libertad y pensamiento del mundo actual, pero tendría que superar la contradicción entre una Constitución(1987), que sostiene el principio de igualdad ante la ley y estado laico, con un Código Civil que especifica que el matrimonio es una institución que vincula a un hombre y una mujer, al tiempo que considere dos teclas decisivas: los sectores religiosos y el costo de oportunidad política.

Como médico internista y sexólogo continuaremos dando seguimiento a este asunto y espero haber ilustrado de forma mínima a los amables lectores.

(*)Especialista en Medicina Interna, post grado en Sexología. Abogado y notario público.
El Crucero, 28 de marzo 2013.
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