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Sartre: el filósofo de la libertad

Jean Paul Sartre.

* 15 de abril, a 33 años de su fallecimiento, recordamos que dijo: “El hombre es un ser condenado a la libertad”

Dr. Vicente Maltez Montiel (*)
Se cumplen 33 años del fallecimiento del gran filosofo de la libertad, Jean Paul Sartre (JPS), considerado uno de los pensadores más influyentes desde la segunda mitad del siglo XX, cuyas ideas continúan vigentes porque el mundo se debate en graves carencias de libertad y quizás al borde de un conflicto nuclear originado en la península coreana.

En un reciente artículo de opinión, el filosofo nicaragüense doctor Alejandro Serrano Caldera, afirma que la crisis de poder no resuelta en países árabes y las tensiones de las dos Coreas, tienen su origen “en la sustitución de sistemas políticos totalitarios basados en una tradición de autoritarismos, frente a los cuales los cambios de los movimientos sociales exigen un cambio hacia la democracia, inspirados posiblemente en modelos occidentales…” (La Prensa, 14 de abril de 2013, Posibles tendencias de la crisis actual).

Las ideas de JPS mantienen actualidad porque el debate sobre la libertad es de los que nunca han llegado a una conclusión unificadora y satisfactoria para todos, porque los intereses económicos excluyentes son el origen de las diferencias entre los seres humanos.

“El hombre es un ser condenado a la libertad”, insistía aquel francés nacido un 21 de junio de 1905 y que fue considerado “un soberano de la vida intelectual francesa por más de veinte años”. Un hombre que a pesar de su fama vivió sencillamente y se negó a aceptar en l964 el premio Nobel de literatura “por razones políticas”.

Entre sus innumerables obras se encuentran: La náusea, La imaginación, Lo imaginario, El ser y la nada, El existencialismo es un humanismo y muchas más.

Se graduó de doctor en filosofía en la Universidad Sorbona de París, donde conoció a Simone de Beavoir, con quien mantuvo una relación amorosa e intelectual por cincuenta años, aunque nunca vivieron juntos.

Un ejemplo de intelectual militante y de acción fue Sartre, quien fue prisionero de los nazis alemanes en 1940 por casi un año y participó en la Resistencia francesa por la liberación de su patria.

Sartre criticó los vicios del capitalismo, lucho enérgicamente por la paz, la democracia y en apoyo a los movimientos de liberación nacional, como fue su apoyo a la independencia de Argelia, por esos días colonia francesa lo que le mereció severas críticas, al extremo que las autoridades pedían lo encarcelaran acusándolo de traición a la patria, al respecto, el entonces presidente francés Charles de Gaulle dijo: “uno no encarcela a Voltaire”.

Respaldó la revolución cubana y el movimiento francés de mayo de 1968, se declaró partidario del marxismo con un enfoque “humanista”. Fue un ferviente defensor del pueblo de Vietnam, que fue objeto de una de las más crueles guerras de agresión norteamericana.

Cuando la Unión Soviética invadió Hungría y Checoslovaquia se distanció de ese país y llamó a los soviéticos “criminales de guerra”.

Desde el punto de vista filosófico, JPS fue uno de los principales exponentes del existencialismo, es “la cabeza del existencialismo ateísta” y para algunos su pensamiento es filosóficamente ecléctico por la mezcla que hace del idealismo y el materialismo.
Recibió críticas de “todos lados” y hasta la iglesia católica prohibió sus obras por afirmaciones tales como “el mundo es absurdo y solo Dios puede darle sentido, pero como Dios no existe, no tenemos más remedio que aceptar la vida en toda su absurdidad”. (La Náusea).

Salud y muerte de Sartre

A los cuatro años de edad Sartre perdió su ojo derecho y es admirable que su intensa vida intelectual como filosofo, escritor y dramaturgo la haya podido realizar con su ojo izquierdo, el cual le falla irreversiblemente a los 67 años. Los últimos siete años los pasa ciego, con la ayuda de su hija adoptiva Arlette y de su secretario Víctor.

Él mismo se confesaba “polígamo”, fumaba cuarenta cigarrillos diarios e ingería cantidades generosas de alcohol, también consumía drogas, factores estos que minaron su salud.

Un año antes de su fallecimiento (74), un poeta demente al cual él solía darle dinero “para que se ayudara”, le propinó una herida con arma blanca en su mano izquierda, de la cual se recuperó.

En sus últimos años estaba ciego, con limitaciones motoras por la artritis y fue hospitalizado, cayendo en coma la noche del 14 de abril, falleciendo en la mañana del 15 de abril de 1980. Como era su costumbre, dejó sentado que no aceptaba honras fúnebres del Estado, ya que no le gustaban los homenajes, el mismo concepto por el cual no aceptó el Premio Nobel.

Sartre siempre con nosotros

La necesidad de libertad y democracia del mundo es una condición consustancial al ser humano porque “el hombre es un ser condenado a la libertad”.

Sobre la necesidad de un enfoque ético de la libertad, nos legó la siguiente sentencia: “Nuestra ética debe consistir en querer ser libres, en serlo nosotros y en querer que todos los demás lo sean; en obrar en todo momento para que esta libertad se realice de modo efectivo”.

Para Serrano Caldera, “los problemas actuales no son patrimonio único de sociedades de culturas árabes o asiáticas, parte de ellos los sufren los propios países considerados más ricos, de una forma tan profunda y compleja que pareciera ser una crisis global del sistema capitalista corporativo transnacional”.

Sartre proponía la necesidad de “tomar la libertad desalienada o auténtica como un fin, como un objetivo, trabajar a favor de la libertad, de un orden nuevo”, en lo que parece coincidir Serrano Caldera que llama “a la construcción de nuevos contratos sociales, nacionales y regionales y de un nuevo contrato social planetario”. Coincidencias en la necesidad de aprobar esa asignatura pendiente que es la libertad. ¿De qué manera y cuándo?, esa es la pregunta.

Una frase muy ilustrativa que siempre suelo recordar de este ilustre y admirado francés, dice: “No perdamos nada de nuestro tiempo; quizás los hubo más bellos, pero este es el nuestro”. El sagrado derecho humano de una libertad integral es irrenunciable y siempre espera por nosotros.

(*) Especialista en Medicina Interna.
Clínica: Calle principal de Altamira #437, frente a la CECA, Managua.
Teléfonos: 2278-0830 y 2267-0251. maltezvic@hotmail.com

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