Centroamérica se amenaza con “fierros viejos”
Comandos navales de Nicaragua en el Golfo de Fonseca. (Tomada de Defensa.com).
* Armamento naval de la región es caduco y hasta patético, según la publicación especializada Defensa.com, lo trágico es que esta chatarra también mata
En un esfuerzo por evitar un conflicto que no dejaría ningún ganador, representantes de los ejércitos de Nicaragua y Honduras se reunirán en ambos países para buscar soluciones a la crisis que persiste en el Golfo de Fonseca.
¿Otra guerra en Centroamérica? Sería algo tragicómico por las muertes inevitables que esto acarrearía y por el tipo de armamento que exhiben las tres naciones involucradas en el conflicto por el golfo descubierto en 1522 por Andrés Niño, cuando buscaba una conexión entre el Atlántico y el Pacífico.
Las capacidades navales de los tres países, “se pueden resumir de patéticas”, según la publicación Defensa.com, porque el conjunto de armamento marítimo está lejos de ser una flota de fragatas y corbetas a como aseguran medios de comunicación de la región.
Nicaragua retiene por el momento los medios guardacostas más modernos, consistentes en dos patrulleros R-101, de 105 pies, entregados por España hace unos pocos años, a los que se suman dos interceptoras navales Hi-Tech de 43 pies suplidas por los Estados Unidos.
Las "pirañas" hondureñas se diferencian poco de las pangas pesqueras.
Su ventaja sobre las unidades hondureñas se centra en sus cascos y motores más nuevos, y sus equipos de traqueo y navegación de punta tecnológica. En cuanto a armamento, las R-101 han sido equipadas con dos cañoncitos de 14,5mm y varias ametralladoras. Se suman hasta unas 20 interceptoras navales, la mayoría del tipo Eduardoño. El resto de los navíos montan solo ametralladoras.
Honduras mantiene entre tres y cuatro patrulleras guardacostas de 65 pies, obtenidas en la década de los setenta. Las naves han sido reacondicionadas. Se suman varias interceptoras navales y fluviales, que podrían sumar alrededor de 15, de diversos tipos.
Los guardacostas montan cada uno hasta dos cañones de 20mm y un mortero de 81mm, además de varias ametralladoras, lo que las convierte en cañoneras, con un poder de fuego superior a las nicaragüenses.
Las lanchas fluviales, de las que se operan unas ocho, pueden montar un mortero naval de 60mm, y todos los navíos menores son equipados generalmente con ametralladoras.
El salvador mantiene su única base naval en La Unión. Allí se encuentran basados hasta 6 patrulleros guardacostas de varios tamaños, los que pueden armarse cada uno con un cañón de 20mm, un mortero naval de 81mm, y varias ametralladoras.
Pero el promedio de servicio de los guardacostas es de los 40 años de servicio. En los últimos meses su estado operacional parece haberse descuidado, y se han hecho observaciones que indican que se encuentran en mal estado.
Se suman unas 20 patrulleras navales menores, todas equipadas con ametralladoras. Allí también se encuentra toda una nueva flotilla de interceptoras navales recién proporcionada por los EEUU, consistente de modelos SAFE Defender de 33 pies, SW730 de 37 pies y otras, todas para el uso en la lucha contra las drogas y equipadas con ametralladoras.
El Golfo de Fonseca cubre 3.200 kilómetros cuadrados, con aguas compartidas entre Honduras, Nicaragua y El Salvador. Honduras exige el cumplimiento de un fallo emitido por la Corte Internacional de Justicia del 11 de noviembre de 1992.
El conflicto actual se ha derivado por la persistente intrusión en aguas de Nicaragua y El Salvador, de pequeñas lanchas de pescadores hondureños procedentes de poblados costeros sumidos en extrema pobreza.
Las mismas autoridades catrachas han reconocido que sus pescadores –impelidos por la necesidad-, se meten en aguas que no les pertenecen, ocasionando que las navales de Nicaragua y Honduras los capturen y les apliquen fuertes multas o los confisquen si no pagan.
Un viejo y oxidado mortero salvadoreño utilizado por la naval de dicho país.
Defensa.com mostró fotografías del arsenal bélico de los países centroamericanos, que en el caso de Honduras amenaza con sus viejos aviones F-5. Una de las gráficas muestra un oxidado mortero naval de 81mm emplazado en una patrullera salvadoreña.
Igualmente se aprecia la precariedad de las “pirañas” hondureñas y lo único que llama la atención es una fotografía de comandos navales de Nicaragua que se desplazan en balsas inflables. Pero no intimidan mucho. Esperamos que los jefes de Ejército y sobre todo los mandatarios logren llegar a acuerdos que impidan lo que sería una trágica “guerra de chatarras”.