García Márquez pierde sus recuerdos
Vicente Maltez Montiel (*)
Hace cinco años se viene comentando las deficiencias intelectuales progresivas del ilustre colombiano Gabriel García Márquez, cuando en 2007, en Cartagena, se conmemoró el 40 aniversario de su gran obra “Cien años de soledad”. En esa oportunidad, el sonriente Gabo no dijo “esta boca es mía”. Ahora se ha informado que ya no conoce a sus amigos.
La información pública divulgada apunta hacía el triste hecho de que Gabo está afectado de una demencia y el 50-75% de ellas son demencias de Alzheimer.
El riesgo de padecer demencia comienza a los cincuenta años y afecta en especial a mujeres. Es un síndrome caracterizado por pérdida progresiva de capacidades cognitivas adquiridas, en especial memoria, lenguaje y juicio.
El síntoma más destacado es la pérdida de la memoria que detecta el cónyuge o familiares cercanos. Pérdidas repetidas de llaves, cartera, dinero y “perderse” o extraviarse cuando sale fuera de casa, son motivos de preocupación y molestia.
Se reconocen dos grandes factores de riesgo en Alzheimer. El primero es avanzada edad, a mayor edad más posibilidad. Gabo tiene 81 años y después de la octava década de vida, la enfermedad afecta un 20 a 40% de las personas.
El segundo factor de riesgo es tener historia de familiares afectados por la enfermedad. En la familia del escritor hay dos fallecimientos por Alzheimer: su madre y su hermano menor.
Además se detectan en estos pacientes dificultades para aprender cosas nuevas, emitir opiniones o juicios sobre temas cotidianos.
Otras veces el Alzheimer tiene presentaciones atípicas en forma de trastornos de la conducta como vandalismo, pedofilia, hurtos, Parkinson o caídas, que aparecen antes de sesenta años.
No existe prueba diagnóstica específica. La primera preocupación del médico internista va dirigida a tratar de establecer causas superables de demencia como tumores, infecciones cerebrales, meningitis, alcoholismo, malfuncionamiento del tiroides, efecto de derrames cerebrales y depresión del anciano.
Una vez que descartamos causas superables de demencia, se inicia el tratamiento, que continúa siendo empírico ya que se trata de una enfermedad incurable.
El objetivo del tratamiento es tratar de atenuar problemas de conducta de estos pacientes y deficiencias del funcionamiento cerebral, durante la mayor parte del tiempo. La enfermedad impone gran carga emocional a la familia y cuidadores del enfermo.
La prevención continúa siendo un factor decisivo y aunque no hay conclusiones definitivas al respecto, sabemos que cultivar estilos de vida saludables tiene un efecto beneficioso a largo plazo. El ejercicio regular, mantener y desarrollar agilidad mental, así como dieta saludable, son factores reconocidos.
Rspecto a la dieta, se recomienda incorporar a las comidas con frecuencia el jengibre –zingiber officinalis—y el polvo de curry por contener curcumina o cúrcuma, que parece tener un efecto preventivo, conclusión derivada del hecho de que la India es el país con menor cantidad de Alzheimer en el mundo y donde estos productos son una rutina de cada día.
Otras recomendaciones preventivas tienen que ver con el consumo rutinario de omega 3, multivitamínicos, gingko biloba y vitamina E.
Lamento que el “otoño” del querido escritor GABO esté desvinculado de las realidades de un “mundo mágico” y difícil, por culpa de una cruel enfermedad que afecta su apreciada inteligencia. Deseándole que Dios le ayude en abundancia a él y todos los afectados de demencia en el mundo.
(*) Especialista y profesor de Medicina Interna.
Clínica calle principal de Altamira, frente a la CECA, Managua
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