El mate, el cigarro y el maltrato animal…
Dr. Enrique Rimabud
En las mañanas, puede ser que de acuerdo a la intención y las ganas, tomemos mate o café, mi carácter de Nicaragua pide las dos cosas: el mate sureño amargo y humeante, y el café bien percolado y gustoso de las montañas del Caribe tropical…
Pero es el mate, el que acompañado de un cigarrillo, nos transporta y nos lleva hacia el teclado, donde arremetemos con el primer tema que se nos viene a la cabeza, y conjugamos mente y cuerpo en un solo sentimiento, provocando a veces corrientes de simpatía o empatía, dependiendo del público lector y las ganas que tengan de debatir y platicar.
Muchos dirán que ya aburro con los animales, que ya no escriba más del maltrato animal, que cambie el rollo, pero la vida, mi profesión, mis sentimientos me lo impiden, y mi obligación de ahora padre es fabricar un mundo mejor para mi hijo, y esto pasa por una sociedad donde los animales se respeten y sus derechos se contemplen.
Pero, en esto quiero ser enfático, hablamos de maltrato animal porque estoy cansado de las falsas denuncias de siempre, de líos entre vecinos, que el perro está atado, que ladra, que me molesta, que no le dan de comer, y nada de eso es cierto, simplemente es que me molesta el vecino y quiero que pase un mal rato.
Maltrato animal es que venga el ex marido y me degüelle al perro delante de mis hijos, que por sacar la cabeza por la reja un perro se la arranque de un machetazo, que le pague a dos o tres chavalos para que arrojen un perro desde el puente porque ya no lo quiero, que cargue el perro en el carro y lo deje en otro pueblo para que se pierda…
Además, que arroje en el cauce las crías de mi perro o de mi gato porque no las quiero criar, que porque me molestan los ladridos le parta un bate en la cabeza, que le corte un pedazo de carne a mi caballo que está vivo para venderla en el mercado por tres pesos, que mis vecinos violen a mi perro, que envenene a los perros de mi vecino porque éste me cae mal… ¡eso es maltrato animal!
¡Eso es maltrato animal, contra eso es que luchamos!
En nuestra clínica, en la sede de la fundación, atendemos casos diariamente que harían llorar y estremecer a más de uno, ¿hasta dónde llega la condición humana? ¿Cómo puede ser posible que un hombre sea capaz de estas cosas y más?
Lo que sí sabemos, de lo que estamos convencidos, es que estas personas que hoy maltratan animales, mañana estarán maltratando mujeres o niños, por lo tanto, luchando por el bienestar animal, luchamos por una sociedad más justa y sin violencia, una sociedad en la que valga la pena vivir, en que la paz reine entre los seres humanos y entre las especies.
¡Porque los animales nos importan!