“Cuento chino” colombiano
* Libro de ex cancillera y ex viceministro de Justicia plantea complot de China continental para lograr triunfo de Nicaragua
Pese a que el gobierno colombiano prácticamente ya admitió -sin decirlo expresamente-, el fallo de la Corte Internacional de Justicia que regresó a Nicaragua unos 75 mil kilómetros cuadrados en el mar Caribe, en las nación sudamericana no cesan los azuzamientos para que el gobierno de Juan Manuel Santos lo rechace.
El último intento proviene de un libro de pronta publicación titulado: El fallo de La Haya: ¿Triunfo de Nicaragua o cuento chino?, de Noemí Sanín Posada, ex canciller del gobierno de César Gaviria Trujillo y Miguel Ceballos Arévalo, ex viceministro de Justicia y del Derecho, del gobierno de Álvaro Uribe Vélez.
Dicho texto busca satanizar la relación de Nicaragua con China continental relacionándola con el fallo de la CIJ y con la intención de nuestro país de expandir su plataforma continental más allá de las 200 millas. Este es un extracto de una extensa nota publicada en Semana.
“Magistral jugada”
“Más allá de todo lo que se ha dicho y escrito, el fallo no solo debe mirarse en el terreno de lo jurídico, sino en un marco más amplio, centrado en las dimensiones geopolíticas, diplomáticas y estratégicas que lo rodearon.
“Hoy cada vez es más claro que la estrategia de Nicaragua, ahora con China de su lado, lejos de centrarse exclusivamente en lo jurídico, fue el resultado de una magistral jugada de ajedrez cuyo protagonista, Carlos Argüello Gómez, la construyó por más de 30 años, largo tiempo en el que se ha mantenido como líder de la representación diplomática de Nicaragua en Holanda (esta es una de las claves del éxito de la estrategia nicaragüense: permanencia y especialización de la misma persona en el tema jurídico en su calidad de agente, y en los temas político, económico y comercial, en su calidad de embajador).
“Argüello penetró las más altas esferas diplomáticas, económicas y políticas para lograr una sentencia altamente favorable a las viejas aspiraciones de Nicaragua. Colombia en ese mismo tiempo tuvo 13 embajadores.
Trama halada de los pelos
“Mientras en Nicaragua se iniciaban los estudios técnicos para la construcción del canal, y cuando ya Colombia no podía adelantar actuación procesal alguna, el 15 de agosto de 2012, en declaraciones al oficialista canal 4 de la televisión de Managua, Carlos Argüello Gómez, en su calidad de agente de ese país ante la CIJ en La Haya, acusó a los gobiernos de Costa Rica y Colombia de querer “adueñarse” de cualquier posibilidad de un canal interoceánico nicaragüense de gran calado.
Sus palabras textuales fueron: “Las pretensiones de Colombia y Costa Rica tienen un mismo origen y es el deseo de adueñarse de cualquier posibilidad de un canal por Nicaragua, eso fue el origen de todo esto… La pretensión de Colombia es cercenar a Nicaragua miles de kilómetros cuadrados de la plataforma marítima en el Caribe”.
“Valdría la pena que los encargados del tema en Colombia revisen este asunto (no el único) frente al artículo 61 del estatuto de la Corte que establece: “Solo podrá pedirse la revisión de un fallo cuando la solicitud se funde en el descubrimiento de un hecho de tal naturaleza que pueda ser factor decisivo y que, al pronunciarse el fallo, fuera desconocido de la Corte y de la parte que pida la revisión, siempre que su desconocimiento no se deba a negligencia”.
Contra jueza china de La Haya
¿No tendría que explicar el agente de Nicaragua, Carlos Argüello, por qué razón solo habló de las “supuestas pretensiones de Colombia” para atacar la construcción del canal interoceánico, cuando ya el gobierno colombiano no tenía oportunidad procesal para incluir como parte de sus alegatos este “nuevo hecho” en materia legal, puesto en consideración por el mismo agente nicaragüense? Hecho que saliéndose de la jerga legal, no tiene nada de nuevo, pues fue planeado por años incluyendo nuestro mar, como parte esencial de una estrategia geopolítica.
“En la decisión unánime de los 15 jueces que conforman la Corte estaba la jueza de nacionalidad china, Xue Hanqin, cuyo impedimento para hacer parte de dicha decisión debe ser urgentemente valorado, teniendo en cuenta que los intereses de China requerían de un nuevo mar nicaragüense para poder construir el canal interoceánico, objetivo que solo podrían conseguir, si el fallo era favorable a Nicaragua. Con la nueva zona marítima propuesta por el fallo, la alianza nica-china podría garantizar un mejor acceso al Caribe por la parte sur de San Andrés sin necesidad de atravesar el mar colombiano.
“Llama poderosamente la atención que la señora Xue, antes de ser jueza de la Corte Internacional de Justicia, fue embajadora de China ante el gobierno de Holanda entre 2003 y 2008, lo que significa que fue colega del embajador Argüello por cinco años. Resulta apenas normal pensar que en cumplimiento de su deber hubiese tenido conocimiento directo sobre las pretensiones de Nicaragua y China, con respecto a los planes para la construcción de un canal interoceánico.