Nica desaparece tras ataque a tren “La Bestia”
Un joven nicaragüense desapareció en Veracruz, México, después que un grupo de sujetos armados atacó el miércoles a migrantes centroamericanos y mexicanos que viajaban en el municipio de Cosoleacaque, donde además resultaron varios heridos.
Los migrantes se desplazaban en el tren conocido como La Bestia, cuando los miembros del crimen organizado empezaron a pedir una cuota de cien dólares a cada uno de la decena de personas que iban rumbo a Estados Unidos.
“Nica”, un migrante, dijo que los delincuentes, entre los que también hay centroamericanos, comenzaron a dispararle a la gente que no llevaba los cien dólares, a tirarles con el machete, a herirlas, a lanzarlas del tren en marcha.
«Mi sobrino se llama Germán Pineda, él es de Nicaragua. Yo soy nicaragüense, lo perdí anoche y sinceramente no sé si lo perdí aquí, atrás, al entrar al pueblo o se tuvo que bajar a la hora de los balazos cuando se paró el tren. Quisiera dar el nombre de él para ver si lo pueden localizar», subrayó “Nica”.
Pobladores de Cosoleacaque conformaron brigadas de rescate para localizar a los desaparecidos y atender a los heridos.
«Nosotros íbamos en el tren y ellos pidieron una cuota, que piden ellos cien dólares, como nosotros íbamos solos y ellos exigen esos cien dólares y quien no los lleva lo bajan. Fueron tirando uno a uno, entonces nosotros fuimos los últimos que tiraron», comentó Carlos, migrante hondureño.
«Veníamos en el tren, la verdad nos tomó un poco de sorpresa ver todo lo que estaba sucediendo. Nos sentimos un poco traumados al ver que empezaron a tirar la gente de la altura del vagón del tren y la verdad sí nos dio mucho miedo. Era muy cruel lo que estaba sucediendo y en el momento que empezaron a aventar a la gente del vagón», comentó Manuel Gutiérrez, migrante de Guatemala.
Ellos fueron víctimas del crimen organizado que opera en contra de los migrantes que viajan a bordo del tren llamado La Bestia, que cruza los estados de Chiapas, Tabasco y Veracruz, según nota de Noticieros Televisa.
«Uno tiene que arriesgarse a morir o a vivir. Yo ya había trepado para arriba pero no estaba así como está hoy. Ya nos habían dicho a nosotros que estaba un poco así, pero en veces uno hasta no ver las cosas no las crees y ahorita que nos pasó ya vimos las cosas como están», dijo Carlos, migrante hondureño.
Sus compañeros de viaje convalecen en el Hospital Civil de Minatitlán. Uno de ellos recibió un balazo en una pierna y el otro un machetazo en la mano.
Julio Martínez, originario del estado de Chiapas, se trepó al tren y junto con los centroamericanos buscaba encontrar el sueño americano:
«Iba en el tren, me estaban amenazando con machete, me rempujaron y machetearon mi brazo, querían que les pagáramos. Me quedé colgado ahí me machetearon, me solté y me revolqué ahí, solté el tren».
Durante el ataque, los migrantes perdieron a familiares que los acompañaban.
«Llegaron como 200 migrantes anoche, venían muy asustados, tenían mucho miedo. Se les preparó la comida, se les recibió. Venían algunos golpeados, raspados. Venían unos niños y mujeres también. Había unos hermanitos que venían juntos, aquí llegó uno y el otro se perdió. No encontraba a su hermanito, quién sabe dónde habrá quedado», comentó Maricela Martínez, habitante de Cosoleacaque.
«Una brigada nos mencionaban que habían heridos, niños, mujeres embarazadas y señores. Sí, recuperamos seis personas, seis no quisieron venir por problemas de deportación por eso se negaron a regresar. Encontramos como usted puede ver un embase con sangre, la verdad, como usted puede ver, se siente uno mal, lo que la gente andan en vez que apoyen emigrantes ha habido malos tratos», señaló Gedeón García Martínez, habitante de Cosoleacaque.
A pesar de los riesgos que viven al cruzar el territorio mexicano, los migrantes continúan su camino.
«Está un poco crítica pero ni modo, hay que seguir para adelante. No nos queda de otra, ya nos tocó mucho sufrimiento y regresarnos así nomás por así no», explicó un migrante hondureño.
«Nosotros vamos para Estados Unidos con lo que nos han regalado y lo más lindo la fe en Dios, y este pueblo que nos ayudó cuando más necesitamos», dijo Reyes, migrante salvadoreño.