Perrozompopo ovacionado en Costa Rica

 

El cantautor nicaragüense Perrozompopo se entregó por completo a los 2.000 espectadores, que asistieron el sábado a su concierto gratuito; como agradecimiento el público cantó, aplaudió y lo ovacionó en más de una ocasión.

 

A las 4:50 p. m. parecía claro que la lluvia no se aparecería, el Sol se divisaba al oeste y el Centro Nacional de la Cultura (Cenac) ya dejaba ver una buena asistencia.

Ticos y nicas llegaron convocados para escuchar en vivo las canciones de CPC (Canciones Populares Contestatarias), nuevo disco de Ramón Mejía, mejor conocido como Perrozompopo.

Luego de un breve retraso, el cantautor apareció a las 5:15 p. m., con su contagiosa sonrisa, sus tenis rojas, una camiseta negra sin mangas y un puñado de canciones en el corazón para compartir.

Quizás un poco sorprendido por la cantidad de personas que acudieron a su llamado, el intérprete de “Nos quieren dejar sin pinol” dio las gracias, buscó su guitarra y comenzó a tocar los primeros acordes de Ángel del cielo.

Las notas suaves de la guitarra acompañaron la voz del cantor; en forma de canción habló de un amor lejano, de un corazón que necesita la luz del ser querido.

Esta balada inicial logró atraer la atención del público, que atento escuchaba cada frase. No faltó quien, seducido por el amor, le robó un beso a su pareja.

Donde estés fue el segundo tema, una canción con la que motivó a las personas a no dejar de creer en el amor. En ese momento prefirió dejar la música en manos de sus guitarristas, Omar Suazo y Edgar Aguilar, para dedicarse a cantar.

“Cicatrices es simple: un machetazo que te queda marcado para toda la vida”, explicó Mejía, antes de dar forma a esa su tercera canción.

Nuevamente, dos guitarras eran suficientes para presentar en sociedad las canciones, con la diferencia que el ritmo era más intenso; de alguna forma el concierto avanzaba viniendo de menos a más, en cuanto a intensidad.

La tarde dejaba sentir una brisa fresca, las golondrinas daban sus últimos aleteos, mientras la luz se los permitía y, en el escenario, el cantautor comenzó a cantar Entre remolinos; de inmediato se escuchó una ovación de público.

Esta canción, de su primer disco Romper el silencio (2004), es de esos temas que no solo se afincaron en el gusto de sus seguidores, sino que están encarnados en los corazones. Las 2.000 almas que le acompañaron le hicieron de coro y juntos se les escuchó entonar … y fuimos casi un muro, casi viento, casi sal, fuimos casi nada y todo de una sola vez… ¡hermoso! Solidario. Luego llegó otro tema de su primer disco: Fantasma kamaleón, canción que dedicó a los estudiantes de la Universidad de Costa Rica que defendieron la autonomía universitaria, cuando agentes del OIJ ingresaron a la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, la semana anterior.

Para seguir cantando los temas de CPC, Perrozompopo invitó al resto de Los Bandoleros, Fabrio Buitrago (batería), Augusto Mejía (bajo) y Momotombo (teclado). Fue así como los músicos nicaragüenses dieron forma a El país de la mentira, El mundo se cae, Busco y 9 días.

Esos temas mostraron la parte más contestataria del cantautor; las letras, de manera directa, hacían una crítica a una Nicaragua donde la Iglesia se enriquece y los políticos no cumplen sus promesas; también hablaban de la necesidad de ver desaparecer la corrupción y la impunidad.

Pero esas canciones también mostraron a un Perrozompopo que experimentaba con distintos estilos musicales, con sonidos muy contagiosos donde las notas de los trombones de los ticos Rey David y Andrés León, junto al saxofón de Pablo Sandí, le otorgaba mucha personalidad a la música. El guitarrista Federico Miranda fue otro de los costarricenses invitados.

Los minutos corrían y el papá del CPC se mostraba alegre, feliz, contento con la respuesta del público y, por eso, seguía dando muestras de entrega total al cantar.

También tuvo muestras de cariño para sus seguidores: él les obsequio las letras de sus canciones conforme las fue cantando.

Cuando el concierto se acercaba al final, llegaron otros temas nuevos como Despierta o te mueres, Canción tóxica, además de otros clásicos en sus conciertos como son Cuando tardas y demoras y Romper el silencio.

La despedida llegó con su tema Perrozompopo. Este fue el momento para que los músicos se presentaran y, de paso, mostraran su habilidad con un solo. A las 7:10 p. m. el aplauso del público fue generoso, evidencia absoluta que disfrutaron de la música nicaragüense.

Melvin Molina
mmolina@nacion.

Tomado de La Nación