Desapareció como príncipe y volvió como rey

 

El salsero nicaragüense Luis Enrique.

Pocos comienzan a sonar como truenos con nuevos materiales, luego de trabajar durante un par de años en proyectos íntimos y demandantes giras de conciertos.

 

Pero Luis Enrique reaparece con Ciclos, y todo el mundo está de acuerdo con lo que éste álbum trae.

Primero dame tu postura acerca de alguien que desaparece siendo un príncipe y regresa como rey, con premios y todo… Grammy, Billboard, ahora Juventud…

Está bendecido. Eso es muy difícil de lograr, y por más que tú quieras planear regreso, la música cambia demasiado rápido y aun así el público ha sido incondicional conmigo.

¿Qué hiciste mientras no se oía de ti? Aunque tu música permaneció…

En realidad me mantuve grabando tres discos y durante todo el proceso de ello hacía conciertos. Lo que sucede es que cuando no estás en la radio, las masas entienden que has desaparecido.

Y pasando al verdadero Ciclos que te hizo volver, ¿qué expresas allí?

Es un disco maduro, que se ha venido añejando durante todo ese tiempo. Quería hacer un disco que se pudiese bailar y al mismo tiempo que se pudiera escuchar.

Es cierto, cuando cantas siempre existe un grado de interés humano, algún sentido social implícito. Dices: Cambia, Sonríe, juego, Yo no sé mañana, Mi mundo, Date un chance ¿De dónde llega esa preocupación? Te digo, qué rico oír consejos con tan buen ritmo…

Sí. Esta vez se trata de 10 canciones maravillosas. Yo creo que es parte de mi herencia familiar, que siempre se ha preocupado por decir cosas que nos puedan preocupar como ciudadanos del mundo. Pienso que las canciones de amor tienen que llevar una historia personal, como en el caso del primer sencillo Yo no sé mañana que indiscutiblemente, la tiene, pero también algo de vida social.

¿En dónde radica tanta frescura luego de 20 años de carrera?

Te diré, esto tiene que ver con rodearse de la gente que uno tiene que rodearse; tiene que ver con el proceso de vida que uno tiene que llevar. Si yo quiero sentirme siempre joven, debo estar en contacto con lo que pasa en el día de hoy, sin distorsionar ni querer cambiar el propio proceso humano. Además, la música te permite reinventarte en movimientos nuevos, de evolución. La clave es no perderte de lo que tú eres, y tu madurez. Mi banda es de músicos jóvenes, ellos tienen que ver en esto.

¿Cómo cambia el ser intérprete, compositor… el artista, al lado del ser humano?

Van de la mano. Las dos cosas tienen que percibir lo que te rodea. Sea lo que sea, lo triste, lo alegre, y contar las historias; claro, tienes que vivir primero y ser humano: sentir, padecer y amar, para luego ir contando. La única diferencia es quizá que los artistas somos como pequeñas esponjas que absorbemos para luego contar.

¿Qué piensas de la vida hoy? ¿Se parece algo a lo que visualizabas hace dos décadas?

En aquellas etapas pensábamos que íbamos a haber evolucionado mucho más de lo que ahora, como seres humanos, pero no es así. Eso sí, ahora pienso y sé que es una era llena de sensibilidad que ha surgido a través de cosas que pasan en el mundo.

Y para terminar, eres tan sensato… y, ¿en serio crees que el fin del mundo es algo parecido a terminar con una relación sentimental?

Es así. Créeme que para mucha gente lo es de verdad.

Tomado de Prensa Libre.
Guatemala