España prepara a exorcistas por temor al diablo
* No hay que tomar a broma el “mal de ojo”, la ouija, la cartomancia, quiromancia y otras artes esotéricas y de brujería, son “rendijas” por donde entra el maligno, aseguran
El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, está en proceso de nombrar a ocho sacerdotes para que se ocupen de combatir las asechanzas de Satanás en la capital de España, según publicó El Confidencial.
La decisión de la Iglesia, excepcional y motivada por la creciente avalancha de fieles que solicitan ayuda para liberarse de supuestas posesiones demoniacas, no tiene precedentes y servirá también para atender las demandas que, en este mismo sentido, se están incrementando desde todas partes de España. Los ocho elegidos para tal misión se encuentran ahora inmersos en un periodo de formación a cargo de César Franco, uno de los tres obispos auxiliares de Madrid.
Tal y como adelantó ayer el portal Religión en Libertad, la decisión ha sido tomada por el propio Rouco Varela para atender la avalancha de peticiones que está llegando a las parroquias de supuestas víctimas del mundo esotérico, personas que o manifiestan tener posesiones demoniacas o bien influencias maléficas a raíz de haber practicado prácticas esotéricas (amarres, magia negra de brujas, quiromancia, mal de ojo, ouija, echadores de cartas…). Fuentes del arzobispado se han limitado a señalar que este tema “está en estudio”, sin querer precisar más datos al respecto.
Según explica el periodista y escritor José María Zavala, autor del libro Así se vence al demonio, uno de los manuales utilizados en la formación los elegidos, la selección y adiestramiento de estos ocho sacerdotes, uno por cada vicaría de Madrid, se está llevando a cabo por la archidiócesis desde hace dos meses. El paso es, a todas luces, un salto cualitativo sin precedentes dentro de la Iglesia católica si se tiene en cuenta que, a día de hoy, sólo ejercen en España 18 exorcistas.
El más cualificado, según Zabala, es el padre Salvador Hernández Ramón, de la diócesis de Cartagena, en Murcia, y a quien se le delegan buena parte de los casos que se registran en nuestro país. “El padre Salvador estuvo un año en Roma exorcizando junto al padre Gabriele Amorth, exorcista de Roma. El padre Salvador es el exorcista con mayúsculas en España, muy conocido dentro de la iglesia, pero apenas conocido fuera de la misma”.
La operación puesta en marcha por Rouco Varela imita la llevada a cabo en Milán por el cardenal Angelo Scola, que multiplicó por dos la plantilla de exorcistas de su diócesis – de 6 a 12- e instaló una centralita telefónica para atender a los posibles endemoniados. En Madrid, la fórmula no pasaría por este servicio telefónico, sino que los interesados en ser exorcizados tendrán que dirigirse a una de las 8 vicarías que hay en la capital.
Los exorcistas, según la información adelantada ayer, contarán con la asistencia de un equipo de psiquiatras que ayudará a discernir qué casos son verdaderas posesiones demoniacas del Maligno y qué otras situaciones son una alteración psiquiátrica. Los sacerdotes deberán conocer también el mundo de las drogas y de las sectas satánicas.
“Tras la publicación del libro, hace un año, sigo recibiendo correos de todas partes de España de afectados que me piden ayuda para que les ponga en contacto con exorcistas”, explica Zabala, que relata en su obra casos reales contados por varias personas que han sido exorcizadas en España. “El demonio entra por pequeñas rendijas como el mal de ojo, la cartomancia, la ouija, por todos estos abusos que mucha gente hace de estos temas y que se toman a broma”.
Además de libro de Zabala, los ocho sacerdotes exorcistas están siendo instruidos también en el “Ritual renovado de exorcismos”, aprobado por Juan Pablo II en 1998, y en el antiguo Ritual, el de 1614 de Pablo V. También en obras como Habla un exorcista, escrita por el propio exorcista oficial del Vaticano, el padre Gabriele Amorth, quien esta misma semana ha exorcizado al hombre por quien había orado el Papa Francisco y que, según ha explicado, tenía cuatro demonios dentro.