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La increíble hipocresía de la gente contra sus mascotas

* El falso amor por los animalitos que alguna vez llevaron a sus casas y que de repente decidieron que son molestos

Dr. Enrique Rimbaud

Por algún raro motivo de mi existencia, la vida me ha hecho creer, por sobre todas las cosas, en los amigos y en la gente, aunque les cuento que la gente, permanentemente, hace lo imposible para que retire mis convicciones, al punto de dudar muchas veces de mi credo, pensando seriamente en comenzar a descreer de la gente, pero, eso sería una actitud nihilista en una sociedad que depende y se nutre de la gente para su propia existencia.

Es que ustedes deben escuchar, como hago yo, decenas de llamadas diarias de personas que escudadas en un falso amor por los animales, son víctimas de la hipocresía circundante, y quieren envolverte en argumentos vanos y sin fundamentos, para que seamos partícipes y cómplices de su propia comodidad y egoísmo,.

El engaño, la mentira, la barbarie, la falacia, pilares fundamentales de la hipocresía, acompañan las llamadas de quienes tras adular tu desempeño y tu obra, tras narrar una dramática y por desgracia nunca breve historia de espacio limitado o familia que se amplia, te plantean con grandilocuencia y gesto de magnanimidad absolutas, que van a hacer algo por el bienestar animal, donándote uno, dos o tres perros o gatos, para los cuales ya no tienen espacio ni tiempo, y el cariño por ellos se perdió por x o y razón, jamás valederas por cierto…

Generalmente, es gente que quiere otro perro nuevo, cambiar de raza, o se aburrieron de las fieles mascotas que los acompañan, y bajo el engaño de una donación que a nadie beneficia, desconocen la ética, los principios morales y hasta legales, dado que la misma Ley 747 de Protección y Bienestar de Animales Domésticos y Salvajes Domesticados, dice, en su Artículo 2: Todo animal que el ser humano ha escogido como compañero tiene derecho a que la duración de su vida sea conforme a su longevidad natural. El abandono de un animal es un acto cruel y degradante.

Para que sepan aquellos que aducen vejez de sus mascotas, con 9 o 10 años, un perro vive de 18 a 20 años y un gato de 15 a 18 años.

Para que sepan, primero, la Fundación A.Mar.Te., no tiene albergue, refugio, ni hogar para animales, ni nadie en Nicaragua lo tiene. Segundo, ningún favor le están haciendo a ninguna organización animalista con estas falsas “donaciones” que quieren hacer. Tercero, las cosas por su nombre, detrás de vuestro generoso ofrecimiento, solo se esconde la falacia de alguien que no supo organizar su hogar con sus mascotas, y que hoy le “sobran”, lo que demuestra la incapacidad de amar, de querer, de dar y brindar cariño.

Con la misma de cambio, la persona que hace esta llamada, bien puede llamar a su suegra o a su suegro, diciendo que ya no quiere más a su cónyuge, que se lo va a devolver porque quiere a alguien más joven o distinto…

¡No sean hipócritas! ¡Quieran a sus mascotas! Son parte de la familia y cuídenlas hasta que lleguen al fin de sus días. ¡Porque los animales, sí nos importan!

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