En Nicaragua venden anfetaminas en las farmacias
Dra. Gioconda Cajina, siquiatra.
Hay alarma en Centroamérica por el avance del narcotráfico. Nicaragua, dijo recientemente preocupada la jefa de la Policía, primera comisionada Aminta Granera, ha sido escogida para el establecimiento de laboratorios de anfetaminas, peligrosa droga sintética con gran poder de adicción. El Cronista Digital entrevistó a la Dra. Gioconda Cajina, una autoridad en nuestro país en materia de adicciones, quien comparte el temor de las autoridades. Pero su espanto es mayor. Las perseguidas pastillas se venden libremente en las farmacias de Nicaragua.
Y no solo eso. Son las preferidas de los estudiantes de Medicina, de taxistas, buseros y vigilantes nocturnos, y por supuesto de los jóvenes que se ponen “a cien” con ellas en las discotecas, donde se las venden en diez dólares bajo el nombre de “Éxtasis”. Mezcladas con alcohol, son “bomba” y pueden conducir hasta a la muerte.
¿Es tan grave el asunto? La doctora Cajina, quien es psiquiatra, dice que habría que empezar a pensar en un programa de adiestramiento para los Pediatras, a fin de que desde temprana edad vayan conociendo los peligros de recetar este veneno a los niños hiperactivos. Aquí la entrevista.
¿Tiene muchas consultas por problemas de drogas?
“En la medida que se prolonga la crisis social, falta de educación y empleo, los jóvenes no encuentran solución a las necesidades creadas por el consumismo. La personalidad se deteriora, y las drogas se ofrecen para elevar la autoestima.
“Los trastornos mentales que motivan la consulta en Psiquiatría, en más del 90% de los casos son originados por el consumo de sustancias psicotrópicas. Se llaman trastornos psicóticos, depresivos, esquizofrénicos, bipolares o personalidad maníaca y sociópata, o bien estados convulsivos histeriformes o somatomorfos.
“Tratamos niños con trastornos ansioso-depresivo por el malestar que provoca vivir con un padre, madre, tíos, abuelos alcohólicos. Los hijos de los alcohólicos padecen neurosis y enfermedades psicosomáticas, el estrés lo provoca tener un problema en su familia que no se resuelve, pero que uno cree que puede tener solución.
“Paradójicamente, los que sufrieron en la infancia por ser hijos de alcohólicos, en la adolescencia se hacen alcohólicos, pero no por herencia biológica, sino por el trauma psicológico ambiental. El sentimiento de vergüenza y odio hacia nuestros padres, nos conduce culpablemente a utilizar el mismo instrumento destructor contra nosotros, y neuróticamente ya alcoholizados, no odiamos a nuestros padres sino a nosotros mismos”.
¿Qué tipo de estimulantes son los más usados en Nicaragua?
“La cafeína, sea pura o combinada con otros estimulantes que contienen las bebidas gaseosas y energizantes. La cafeína la contienen pastillas como la Supertiamina 300 y 500, y otras tabletas que se usan para la migraña, para dolores. Una que se llama Denguina, es acetaminofén con cafeína. Los antidepresivos, por liberar adrenalina y serotonina, son más bien estimulantes.
“El metilfenidato es una anfetamina recomendada para bajar la hiperactividad. A los niños se las recetan como medicamento, comercialmente la Conserta o Ritalina. Las anfetaminas se dice que son ilegales, pero se venden en todas las farmacias para perder el apetito. Los estudiantes les llaman “drogas inteligentes”, y se sabe que en las facultades de Medicina se consumen muchos fármacos estimulantes.
“En las discotecas las anfetaminas son combinadas con alcohol y analgésicos para conseguir estados de gran euforia y resistencia. Las anfetaminas son productos de bajo costo, muy fáciles de fabricar, que les venden a los jóvenes por más de 10 dólares, como es el Éxtasis.
“La cocaína es un estimulante caro, lo consumen jóvenes y adultos con elevado nivel económico. A los pobres les venden falsificaciones, combinaciones de anfetamina y analgésicos, a los que agregan un mínimo de coca, como es el “crack”. El efecto omnipotente dura poco y crea más adicción que la cocaína pura.
“La forma de actuar de los narcos, en nuestros países, es captar a los jóvenes de padres adinerados, invitarlos a una fiesta impresionante, en mansiones ricas que ellos poseen, e introducirlos a la droga en una experiencia clandestina.
“Si el hijo no aparece, los padres llaman a la Policía. No es que esté secuestrado, es que está aún psicótico por la droga, que puede ser LSD, y no lo dejan ir por temor a que los comprometa. Recuperado de la psicosis, persiste el miedo real a sufrir daño por parte de estas personas sin escrúpulos”.
¿En qué rangos de edades se consumen estas drogas?
“Las drogas empiezan a consumirse cada vez más pronto. Creo que los Pediatras necesitan entrenamiento en esta materia, para tomar en cuenta este factor. Cuando los niños y niñas padecen gastritis, convulsiones, terror nocturno, insomnio, fiebre de origen desconocido, dolores de cabeza, etc. en el medioambiente puede haber tóxicos venenos o consumo de psicotrópicos. Lo más frecuente que usan, es lo que los padres consumen: gaseosas, tabaco, alcohol y pastillas tranquilizantes.
“Los conductores de camiones, buses y taxis consumen estimulantes. Los CPF, los que realizan trabajo nocturno, usan estimulantes.
“Cuando ya padecen de hipertensión arterial, como consecuencia de los estimulantes, pueden tener hemorragia cerebral o infartos del corazón. Hasta entonces dejan de consumir la droga. Con la tercera edad, el riesgo es que un médico les recete los estimulantes como antidepresivos”.
¿Qué hacen el gobierno y específicamente las autoridades de Policía y Salud para enfrentar este problema?
“La normativa de no venderle alcohol y tabaco a menores, no se cumple por deficiencia de la Policía. Estos productos generan grandes ingresos fiscales, y el gobierno no utiliza estos fondos para campañas de prevención.
“Al menos deberían prohibir la publicidad del tabaco y del alcohol, pero no lo hacen. Durante la transmisión de los juegos del Mundial de Fútbol, al mediodía, la empresa licorera nos metió varios goles que nuestros jóvenes no pudieron parar. Sin información ni educación formal que fortalezca la conciencia, está la cancha abierta, sin portero. Esta publicidad era dirigida a los futuros consumidores, porque a los adultos ya los tienen cautivos.
“El Ministerio de Salud no tiene un plan de salud mental. En los hospitales generales y en el Psiquiátrico se atienden las intoxicaciones y van para su casa. No hay centros de rehabilitación por parte del Estado, ni un sistema de vigilancia de los costos que nos ocasionan las drogas.
“Estos daños pueden estar consumiendo más de la mitad del presupuesto de salud en accidentes de tránsito, violencia, intoxicaciones y enfermedades degenerativas, además de los costos sociales en el deterioro de la personalidad, fracaso escolar, discapacidad, orfandad, delincuencia, impacto moral del negocio de “lavado”, la liberación de narcos procesados, etc.
“El Ministerio de Educación no tiene un manual para el conocimiento de las drogas en todos los niveles de primaria y secundaria, un plan conjunto con otras instituciones sobre el alcohol y las drogas, a fin de “vacunar” a la niñez para no contagiarse de la moda drogadicta”.
¿Desde cuándo se consume anfetaminas en Nicaragua, cuáles son sus efectos y los daños en quienes las consumen?
“Desde 1930 que empezó a utilizarse esta droga, no se ha demostrado que estimular y llenar de adrenalina la circulación, sea beneficioso, por el contrario, en una sociedad cada vez más estresada, la adrenalina se produce en exceso, dañando el sistema circulatorio.
“Las anfetaminas aprobadas por la FDA actualmente son recetadas para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad en niños desde los 3 años, para la narcolepsia, obesidad, y depresiones, usos éticamente cuestionados, y que son solo intentos de transformar a las anfetaminas en medicamentos, contra todo razonamiento.
“La psicosis producida por anfetaminas es un cuadro semejante a una esquizofrenia paranoide, parecida a la psicosis cocaínica. Son estados de ansiedad, agitación, pérdida del sueño, delirios persecutorios y alucinaciones. En el Hospital Psiquiátrico tal vez tengan información estadística de intoxicaciones”.
¿Cómo cree usted que se está enfrentando el cada vez creciente peligro de los cárteles de la droga en Nicaragua?
“La Policía hace la lucha, pero también se termina contaminando. La lucha contra el narcotráfico es noticia cotidiana: que si hacen un “quiebre”, si la droga tiene alto costo. Se habla de los millones de dólares, sin mencionar el impacto social, los millones de dólares que nos cuesta atender a los enfermos sociales que genera la droga.
“Uno lee o escucha por la radio o la TV, un reportaje de tipo novela policial, con el saldo de muertos y heridos en cada combate de esta guerra interminable, que supuestamente legalizando las drogas esta guerra ya no tendría sentido.
“Leí ‘El cielo llora por mí’, del Dr. Sergio Ramírez. Es una novela policiaca que al final dan ganas de llorar, pero de llorar por nosotros, por la debilidad económica que como país, se ve reflejada en la obra. El Dr. Sergio Ramírez conoció de cerca, cuando fue vicepresidente de Nicaragua, las relaciones de amistad, de negocios, de apoyo militar, de intereses políticos con los poderosos grupos o cárteles de la droga colombiana y mexicana.
“El Dr. Ramírez es representante de un movimiento latinoamericano que promueve la legalización de las drogas duras. Yo conversé con él porque conozco la experiencia de Zurich, Suiza, donde las drogas son legales, pero contrariamente a lo que pensaban los que legalizaron la heroína, cada día se incrementa el suicidio y el deterioro moral y material de esa comunidad.
“Quiero creer que aún nuestra sociedad no está 50% derrotada, que todavía hay personas que creen en una existencia sin drogas, sean estas legales, ilegales, o ‘medicamentos’, y los que están consumiendo psicotrópicos, no crean que esta situación es irreversible.
“Se deja la droga con la fortaleza que da el conocimiento sobre el producto. Hay que estudiar la droga para dominarla, hay que juntarse en grupos para que la conciencia colectiva domine al monstruo. Se vive cada día 24 horas para enfrentar los problemas cotidianos solidariamente y sobriamente.
“Los Alcohólicos Anónimos manejan un programa con 12 pasos y 12 tradiciones para la recuperación mental, emocional, moral, social y espiritual de la adicción a las drogas, con más experiencia en el alcohol. Yo remito a los adictos a estos grupos comunitarios, donde encontrarán personas con gran espíritu de servicio como producto de su recuperación”.