Seis periodistas sancionados en La Prensa por queja de Eduardo Montealegre
* Equipo investigativo comprobó que existe orden de captura contra Roberto Bendaña y Álvaro Montealegre Rivas, pero este último utilizó las influencias de su hermano mayor
Seis periodistas del diario La Prensa fueron sancionados por investigar una información que publicamos relacionada con una orden de captura en contra de Roberto Bendaña y Álvaro Montealegre Rivas, a quienes la Compañía de Santa Teresita de Jesús, acusa como estafadores.
Entre los sancionados se encuentran la editora de día Nohelia González; el editor de fin de semana, Eduardo Cruz y los periodistas Emiliano Chamorro, Elizabeth Romero y Martha Vásquez, entre otros.
Según nos informaron, el competente equipo logró redondear una información completa sobre el caso, logrando averiguar incluso sobre los intentos de evasión de uno de los involucrados, que trató de salir del país al conocer de la orden de captura, lo que no impidió que fueran enviados varios días a su casa sin goce de salario.
“Lograron confirmar en los juzgados que la orden de captura estaba lista, pidieron información a la Policía sobre el caso y llamaron a los acusados. Bendaña se defendió, pero Montealegre Rivas cortaba las llamadas telefónicas y al final Eduardo Montealegre Rivas, hermano mayor de Álvaro, puso fin al esfuerzo llamando a Hugo Holmann, gerente general de La Prensa.
Según fuentes de La Prensa, el dirigente político Eduardo Montealegre Rivas le dijo a Holmann que estaban calumniando a su hermano Álvaro y la respuesta del gerente general del “Diario de los Nicaragüenses” fue ordenar la sanción de los involucrados en la investigación.
“Existe enorme malestar en la Redacción de La Prensa por lo ocurrido, los periodistas se preguntan si la presunta preocupación por la libertad de información es de las puertas del rotativo para afuera; mejor sería si les pusieran una lista de las personas que son intocables e incriticables”, señaló el informante.
Lo que más molesta a los colegas del rotativo de la carretera norte, es que ellos dieron la oportunidad de defenderse a Álvaro Montealegre Rivas, pero éste prefirió esconderse tras los pantalones y las influencias de su hermano mayor.
Por el contrario, el otro acusado, Roberto Bendaña, ha abundado en detalles sobre su presunta inocencia y ha dicho que no tiene nada que ver con los negocios de su cuñado Álvaro y sus socios, aparte del Café Don Paco.
En tanto, el periodista Melvin Areas publicó en Trinchera de la Noticia la versión del Jefe de Redacción de La Prensa, Eduardo Enríquez, quien confirma la sanción, pero niega que haya sido influida por Eduardo Montealegre Rivas.
Enríquez se molestó con Melvin indicándole que la sanción no era noticia por tratarse de un hecho ocurrido a lo interno de una empresa privada.
“(La sanción) es una decisión interna, me sorprende que llamen la atención las decisiones internas de una empresa, de algo que no trasciende más allá de la empresa, obedece a que la información no cumple con los requisitos de calidad y profesionalismo que exige La Prensa”, explicó Enríquez.
Dijo que al leer la nota informativa se dieron cuenta que “le hacen falta muchas cosas”.
“Sí vos lees la nota, te das cuenta que no cumple con los requisitos” de objetividad y veracidad, indicó.
“No se habla de ninguna confirmación, es una nota vaga y mal escrita que no obedece ni representa la calidad que exige La Prensa”, continuó.
Aunque es algo que no trasciende al público, es común que políticos y empresarios utilicen su amistad o influencia económica (anuncios) ante los medios de comunicación, para censurar o al menos mediatizar la labor periodística a través de los dueños y demás directivos.